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Censura Informativa

laverdaddelanzarote.com  |  20 de febrero de 2014 (14:21 h.)
Titeroygakat

TITEROYGAKAT

 

El periodista ha estado ocupando un lugar de privilegio en la sociedad, no sólo en nuestro país sino en todo el mundo, y se hizo habitual que el ciudadano común se acercara a buscar ayuda del periodismo para efectuar denuncias, divulgar sus problemas y llevar temas para ser investigados, confiando en la veracidad y la buena fe este profesional.

Sin embargo, en los últimos tiempos también el periodismo ha ido perdiendo credibilidad, sobre todo en los países gobernados por regímenes autoritarios –que no necesariamente significa que han asumido el poder a través de la fuerza-  donde se establecen métodos restrictivos para la publicación de la noticia, algunas veces con el viejo sistema de la censura previa, o bien, castigando o colocando en listas negras a quienes osan desenmascarar hechos de corrupción o cualquier otro que pueda afectar la imagen que estos gobiernos desean conservar ante su gente.

Para ejercer el periodismo no es necesario demostrar una determinada ideología, si se trata de presentar la noticia de la manera más objetiva e imparcial posible. Pero cuando nos aventuramos en el periodismo de opinión, entonces queda claro que el profesional va a expresar juicios propios  y la noticia estará, inexorablemente, teñida por los puntos de vista ideológicos del periodista. Y esto es aceptable, siempre y cuando actúe en armonía con sus ideas y lo demuestre con la consecuente persistencia en ellas.

Lo lamentable es que cada vez es más evidente el avance del periodismo mercenario, que puede identificarse de dos maneras:

1º) El periodista que está siempre de acuerdo con el poder de turno, y se encarga de publicitar y ponderar sus obras, sin importar que el peso de la realidad esté avalando o no sus afirmaciones.

2º) El periodista que comienza mostrándose como férreo opositor del poder de turno, pero de repente sus opiniones sufren drásticas modificaciones y pasa a convertirse en defensor incondicional de ese mismo poder.

Curiosamente, esto ocurre siempre con simultaneidad a la aparición de publicidad del gobierno en el diario, periódico, espacio radial y/o televisivo del susodicho periodista, que pasa a convertirse de este modo en un empleado de aquél a quien antes criticaba.

Y, como es previsible, quien le paga este salario, retribución o recompensa por sus servicios, tiene derecho a exigirle que cumpla con requisitos que, seguramente, lo descalifican para la información y la crítica objetiva.

Aquí es donde el periodista pasa a convertirse en un mercenario - con la acepción peyorativa de la palabra-, y pierde su prestigio social, su valor ético ante la sociedad y su dignidad como persona.

Aquí, el periodismo ha pasado a ser una más de las tantas profesiones devaluadas de un país donde cada vez es más difícil creer en la honestidad y, como dijo Discépolo, “la moral la dan por moneditas y la razón la tiene el de más guita”.

DICCIONARIO DE TERMINOS UTILIZADOS EN ESTA NOTA:

(Según la Real Academia Española)

Periodista: Persona que compone, escribe o edita un periódico. Persona que, profesionalmente, prepara o presenta las noticias en un periódico o en otro medio de difusión.

Autoritario: Que se basa en la autoridad o abusa de ella

Mercenario: Del latín mercenarius: “el que guerrea o trabaja por una paga”. Persona que realiza cualquier tipo de trabajo por una retribución, generalmente económica, o que trabaja con el único interés de ganar dinero, sin motivaciones ideológicas. Mercenario es despectivo y se aplica al que sirve por estipendio en una función o trabajo que debería desempeñar personalmente el que lo paga.

La censura es impedir que determinados temas sean publicados por la prensa, por lo general la usan quienes gobiernan para que no se difundan a la opinión publica, cosas que podrían perjudicarlos y es del mismo modo el manejo de la información, tener a la prensa bajo su dominio y publicar unas cosas y censurar otras para evitar que se destapen temas de corrupción ó conflictos internos de los gobiernos.

 

Esperamos ser atendidos debidamente y contar con su más que necesaria colaboración.

Sin más se despide atentamente, enviándoles un cordial saludo.

Presidente Autonómico

Antonio Leal Aguilar

DNI 42.903.933-D