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Maltrato animal

Sila Brito  |  22 de septiembre de 2012 (21:45 h.)
Hace unos días, en una de las largas caminatas que mi marido practica por entre las montañas del norte de la isla con mis hijos, se encontraron con un a la vez enternecedor y macabro espectáculo

 

 Hace unos días, en una de las largas caminatas que mi marido practica por entre las montañas del norte de la isla con mis hijos, se encontraron con un a la vez enternecedor y macabro espectáculo: 3 gatitos de apenas una semana de vida, abandonados en una especie de "nido" de ramas hecho por la mano del hombre. Uno de los animalitos ya había muerto, y los otros dos enternecieron con sus desgarradores lamentos a los niños, de tal manera que su padre les autorizó a "rescatarlos".

Una vez en mi casa comprobé que los dos animalitos supervivientes estaban famélicos, pero con buena salud. Así que, al contrario que sus legítimos propietarios, decidí comprar un biberón "para gatitos" y leche apropiada para ellos (con el consiguiente desembolso económico), y hacerme cargo de ellos. De eso hace ya dos semanas, y puedo decir (y mostrar) que los dos animales están gorditos como pelotas y muy dinámicos. A diferencia de como fueron descubiertos...

Haciendo indagaciones he descubierto que una familia de Guatiza, cuya gata habría dado cría, en vez de hacerse cargo de la camada el tiempo preciso hasta que pudieran valerse por sí mismos, decidió que era más fácil abandonarlos en un descampado donde los agudos maullidos de soledad y hambre no pudiesen ser escuchados por ellos. Tan sólo el azar hizo que las crías supervivientes fuesen halladas por mi familia. El azar y nuestra buena disposición a salvarles la vida.

Desgraciadamente éste no es un caso aislado. Son muchas las personas que tienen animales del sexo femenino, que con la pretensión de ahorrarse una operación de esterilización, optan por lo más cómodo (y más cruel): abandonar las crías de perros y gatos en zonas poco frecuentadas, a veces con un poco de agua y pienso quizá para tratar de acallar sus conciencias. Las más de las veces abandonan a los retoños, con su madre "por haber cometido el delito de parir". Es indignante que estos hechos ocurran, sobre todo porque muchos mal llamado seres humanos se creen que los animales son sencillamente "muñecos" con los que jugar un tiempo y desembarazarse después.

Hace años que se creó la llamada Ley de Protección Animal. Un cuento chino que se ha sumado a la gran cantidad de panfletos que con "apariencia de ley" han adornado los currículum de políticos con pretensiones de renovar o ampliar sus cargos públicos. Pero la realidad ha demostrado que todo lo que no afecte a los bolsillos de los reiterados infractores (no puede afectar a sus conciencias porque no la tienen), es pura y sencillamente papel mojado.

El ejemplo más claro es "Sara", una ONG que lucha por subsistir, casi de la caridad ciudadana y a veces de la hipocresía política. Y a la cual le arrojan a sus puertas "por docenas" a aquellos seres vivos que pasado el tiempo de las ternuras y los mimos se han convertido en simples "molestias". Irónicamente esos hipócritas que abandonan a los que habían sido sus animales (y por tanto su responsabilidad), son los primeros que pregonan sin rubor que "es obligación de SARA el hacerse cargo de ellos".

Me temo que esta situación se alargará en el tiempo. Y como dije antes, la única forma de levantar ampollas a estos desalmados, sea la de sacudir sus bolsillos...