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¿Y SI NOS HUBIERAMOS QUEDADO EN AGÜIMES?

 |  08 de enero de 2023 (20:49 h.)
Lorenzo Lemaur
LORENZO LEMAUR

Con 10 años nos mudamos a Santa Coloma (II)

En el 1968 el día de Reyes fue sábado. Por tanto, calculo que, traído por el maestro amigo de mis padres, nos vinimos para Lanzarote en el barco del domingo 7 por la noche. Siendo el día de Reyes sábado lo normal sería que las clases se reanudaran el martes 9. Tengo la sensación de que algún día más jugué con mi osito en Agüimes, en la casa de mis abuelos, pero el cronograma está ahí.

Entonces yo hacía el último curso de primaria en "Los Grupos", que es como popularmente se conocía al Grupo Escolar Generalísimo Franco, hoy CEIP La Destila. Que por cierto, a Félix Hormiga le oí decir que el colegio no está propiamente en el barrio de La Destila, está donde La Molina del Gofio.

Terminé la educación primaria, acabó el curso y en el verano de 1968 nos vinimos a vivir a Santa Coloma, al número 10 de la calle Las Piteras, que así es como fue conocida durante años. Pasó tiempo hasta que Benedicta Padrón me dijo que el nombre era Paseo Martín Cobos.

De aquel último curso en "Los Grupos" recuerdo una anécdota curiosa. El martes 10 octubre, cuando mi hermano Pepe y yo, los dos caminando, solos, desde la casilla de caminero, donde vivíamos; llegabamos a la escuela recuerdo que oí a unos chicos decir: "¡Mataron al Ché,  mataron al Ché!". Yo entonces no fui consciente de lo que significaba ni de quien era, pero lo cierto es que lo recuerdo perfectamente. Cierto que la muerte, el asesinato de Ché Guevara se produjo el 9 de octubre de 1967 pero en Bolivia es cinco horas más tarde respecto a Canarias. Por tanto, si la muerte de el Ché se anunció durante la mañana hora local, aquí eran ya más de las 4 de la tarde, por lo que la noticia llegaría en el parte de la noche en las emisoras de radio. Entonces la televisión yo no sabía ni lo que era.

De la escuela solo me acuerdo de tres maestros: don Santiago que creo era el director, de don César, que me dio clases en 2⁰ o 3⁰, y de don Juan Toledo, mi último maestro, que a quien más cariño le guardo. Me acuerdo también de Manolo López, de La Vega: de Chito González, que vivía detrás de la escuela; de Antonio Leal, que entonces era un revoltosillo; de Juan Antonio Suárez González, con el que luego seguí estudiando en el Instituto; del hijo de un maestro del que no recuerdo el nombre y poco más. De las chicas solo me acuerdo de Sisa López, la hermana de Manolo. También recuerdo que durante algunos cursos, Pepe y yo nos quedábamos al comedor. Entonces las clases eran de 9 a 12, por la mañana, y de 3 a 5 por la tarde. Recuerdo muy bien que la comida de los martes era potaje de lentejas, que por cierto la cocinera lo hacía muy bueno, y tortilla de papas de segundo.

Por lo que me cuenta Sisa López, sería en mayo de aquel 1968 cuando nos mudamos a Santa Coloma. Así lo fecho porque me dice Sisa que recuerda venir caminando juntos desde la escuela, ella para su cada en La Vega mientras que Pepe y yo seguiamos para Santa Coloma. Esto, por las tardes, en lo que entonces llamaban "permanencia" que consistía en quedarnos en la escuela una hora más: de 5 a 6, por la tarde. De todas formas, siendo sincero, no recuerdo ir a la escuela después de mudarnos.

Lo que fue para nosotros algo muy especial fue que la nueva casa tenía luz eléctrica, agua corriente y ducha. En la casilla nos alumbrábamos con velas y quinqué. El agua era la que guindábamos de la aljibe.

Fue entonces, ya viviendo en Titerroy, cuando por vez primera tuvimos vecinos y mis primeros amigos, más allá de los compañeros de la escuela. Ismael Padrón, que vivía en el 8; Lalo Lemes, en el 6. En el 16 Jacob y Miguel Ángel Badra, los árabes. Ya en la calle El Rafael, Jesús Casanova, en la esquina; y los hermanos Eusebio, Quico y Laureano, los del taller de soldadura. Algo más mayor era José María Álvarez, que vivía en el 20.

Después del verano empezamos a ir al Instituto. Pepe y yo. Empezamos juntos en la escuela y siempre hicimos el mismo curso, hasta que nos fuimos a hacer COU a la Universidad Laboral de Las Palmas. Ya en el instituto hice también amistad con Chopi Robayba y Juan José Martín Bermudez, que como también vivían en Santa Coloma volvíamos juntos cada día del Instituto. Seis años seguido caminando juntos forja una  bonita amistad.

De esta etapa de mi vida, hasta los 11 años, no tengo fotos. Solo la del libro de ingreso en el Instituto, y las de la familia.

CONTINUARÉ...