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Posible derrame de petróleo tras encallar un petrolero con 5.000 toneladas de crudo a 200 kms de Lanzarote

laverdaddelanzarote.com  |  26 de diciembre de 2013 (18:40 h.)
Playa llena de petroleo
Un nuevo accidente de un petrolero en el mar, en este caso acaecido en la costa marroquí de Tan Tan, ha hecho saltar las alarmas en Marruecos ante la posibilidad de un derrame de petróleo de envergadura. Tras tener conocimiento del accidente, el Cabildo de Lanzarote ha remitido un escrito a las autoridades marroquíes solicitando información detallada sobre el varamiento del buque que, procedente del puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria, transporta más de 5.000 toneladas de fuel.
 
Las causas del accidente no están aún determinadas, pero las primeras informaciones apuntan a las malas condiciones meteorológicas que han afectado los últimos días en la zona. Vientos de más de 90 km/hora podrían haber ocasionado la deriva de la nave hasta encallar en el litoral marroquí y en las propias inmediaciones del puerto. A la hora de emitir este comunicado (14:15 pm.) se tiene constancia de que la zona de varamiento sí está afectada por contaminación de hidrocarburos, pero se desconoce la cuantía de fuel vertido, su evolución, y las medidas adoptadas por Marruecos para hacer frente al derrame. La Oficina de Acción Global recuerda que las condiciones meteorológicas adversas representan un serio factor de agravamiento en este tipo de accidentes, ya que las medidas de contención del crudo sobre el medio marino resultan mucho más complicadas en caso de fuerte oleaje y viento.
 
Por este motivo, el Cabildo de Lanzarote ha dirigido un escrito al Cónsul General de Marruecos en Las Palmas de Gran Canaria, Ahmed Moussa, solicitando: 1: Una estimación del petróleo derramado al mar en toneladas, así como de la superficie oceánica cubierta por la contaminación hasta la fecha y hora presentes; 2: Descripción de las medidas de contención y del seguimiento de la contaminación adoptadas por las autoridades marroquíes. Nombre y matrícula del barco accidentado; 3: posibilidad de que Marruecos requiera apoyo tecnológico y logístico para hacer frente a la contaminación y, en tal caso, nivel de urgencia de la medida (aporte de skimmers, barreras flotantes, dispersantes, seguimiento satelital, personal experto en lucha contra contaminación marina por hidrocarburos, etc.) y, 4: Confirmación y garantía por parte de la autoridad competente marroquí de que la contaminación producida en este accidente está bajo control absoluto en el área afectada, y de que no existe riesgo de extensión en el medio marino que pudiera afectar a las Islas Canarias. Cuando las autoridades marroquíes aporten información sobre el buque, se podrán conocer datos significativos sobre éste, como la bandera y matriculación, naturaleza del armador y de la tripulación, empresa para la que opera, tipo de crudo que transporta, últimas revisiones y descargas, compañía aseguradora y, especialmente, si cumple con las normativas europeas en materia de transporte de hidrocarburos, medidas de seguridad, doble casco, etc.
 
No es la primera ocasión en que un petrolero sufre un accidente en la costa marroquí frente al archipiélago canario. El 19 de diciembre de 1989, el petrolero iraní “Khark 5” con rumbo a Rotterdam, sufrió una fuerte explosión y un posterior incendio cuando navegaba a unos 400 kilómetros al norte de Lanzarote, reventando cuatro de los tanques de carga y vertiendo al océano más de 70.000 toneladas de petróleo, una cuarta parte del crudo que transportaba y cantidad muy próxima a la vertida en 2002 por el petrolero Prestige en Galicia (77.000 tn). En esa ocasión, tanto las autoridades marroquíes como españolas rechazaron intervenir sobre la nave por entender que representaba un riesgo muy alto para sus litorales costeros y, por ello, a pesar de que durante varias semanas se trato de localizar un refugio donde remolcar el petrolero, el barco continuó en el mar derramando una media estimada de 200 toneladas a la hora. Este accidente grave puso de relieve la ausencia de planes de contingencia y de respuesta ante desastres de esta magnitud, tanto desde el punto de vista de las políticas sobre designación de refugios preestablecidos, como de cooperación internacional, como de intervenciones sobre el crudo para tratar de contenerlo en el medio marino, algo que nunca se consigue por completo.
 
En 1990, vuelos militares procedentes de Canarias se acercaban a la zona afectada para seguir la evolución del derrame y determinar el riesgo que éste pudiera generar para las islas, ya que el crudo sí alcanzó las playas de Casablanca y de otras zonas costeras de Marruecos.
 
La Oficina de Acción Global alerta sobre el incremento del tráfico de petroleros que el archipiélago canario experimentará en caso de llevarse a cabo la explotación de los supuestos yacimientos petrolíferos por parte de Repsol, al aumentar el grado de riesgo de accidentes y derrames en el mar. Se recuerda asimismo que desde el año 2005, la Organización Marítima Internacional (OMI) declaró el entorno marino de Canarias como “Zona Marítima Especialmente Sensible”, una figura de Naciones Unidas dirigida a evitar la contaminación por hidrocarburos en zonas de gran biodiversidad. La zona aprobada por España para que Repsol explore los fondos marinos en busca de petróleo no sólo coincide en parte son el área declarada por la OMI, sino que ocupa también cerca de un 50% del área del Lugar de Interés Comunitario (LIC) propuesto por el Programa Indemares para el entorno marino de Lanzarote y Fuerteventura (financiado por la Unión Europea y gestionado por la Fundación Biodiversidad y el Ministerio español de Medio Ambiente).