Según explica el afectado, "yo tengo una vivienda en La Santa (Lanzarote), en la que hasta hace unos 5 años, habitaba mi hijo". Sin embargo, una vez que el mismo se desplazó a Gran Canaria por motivos laborales, optó por alquilarla "para no dejar la casa vacía". Y a dicha oferta acudió "una ciudadana rusa, que trabaja en un complejo turístico de la zona".

Al principio todo iba bien. Pero hace un tiempo que los vecinos del lugar "me informaron del comportamiento anormal de la inquilina... y del enorme hedor que salía por puertas y ventanas de la vivienda". Ante tal situación, Jose Juan Espino intentó recuperarla.

Recientemente, la ocupante eventual de la casa optó por abandonarla, "tras encontrar otra vivienda cerca de allí". Circunstancia que aprovechó el propio Espino para desplazarse junto con su esposa a Lanzarote y recuperar su propiedad.

Pero aunque esperaba encontrarse "la casa llena de porquería, jamás imaginé que me la dejara tal y como la encontramos: centenares de bolsas llenas de basura atestaban todas las habitaciones... aparte de la gran cantidad de inmundicias desparramadas por doquier... el olor era insoportable". Así que tuvo que solicitar el apoyo de miembros de la Asociación "Aunar" para poder limpiar la casa, algo que les llevó 2 semanas. "Tuvimos que comprar botas de agua para andar entre tanta basura, y mascarillas y guantes para no coger una infección", asegura el denunciante.

- "Arrinconada en 2 colchones del dormitorio"

Según Espino, "la inquilina apenas disponía de 2 colchones en el suelo, en lo que era dormitorio, rodeada de montañas de basura... Creo que sufría Síndrome de Diógenes". Motivo por el que ha iniciado las pertinentes acciones judiciales, en reclamación de los numerosos daños sufridos en su vivienda. "La persona que le ha alquilado ahora su vivienda no sabe lo que le espera", advierte.

Finalmente asegura que "jamás alquilaré esta casa... ¡Prefiero venderla!".