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El silencio de los corderos

laverdaddelanzarote.opennemas.com  |  10 de abril de 2016 (10:51 h.)
Maltrato a los hombres

FRANCISCO SERRANO/XYZ

En esta semana a través de redes sociales, algún medio local y este periódico digital XYZ , se ha dado a conocer el que consideró puede ser uno de los asesinatos más espeluznantes, truculentos y con mayor dosis de ensañamiento cometido en España en los últimos años. El  periódico de sucesos el Caso hubiera abierto con la noticia en portada sin ningún género de dudas. Pero no,  la noticia ha pasado desapercibida, nadie se ha percatado de que una mujer rusa haya acabado con la vida de su marido, alemán, enfermo, minusválido y que apenas tenía capacidad  para hablar y pedir socorro.

 La mujer le drogó, amputó los brazos, desolló y dio de comer sus restos a unos canes. Ese hombre ya había tenido ocasión de pedir ayuda, de exponer el drama que están padeciendo, el miedo de convivir con una mujer violenta que le venía maltratando. Pero no, él, por ser hombre, no tiene derecho a pedir auxilio y asesoramiento en el 016. Ni él, ni ningún otro hombre o mujer que no sea para denunciar a su marido, pareja o ex pareja de sexo varón. El suceso no se ha dado ni a conocer en la crónica negra de sucesos, pues la dictadura de pensamiento impone el axioma, incuestionable, de que sólo existe, solo se ha de perseguir y solo se han de proteger a las víctimas de violencia en el ámbito familiar cuando la denunciante sea una mujer y el denunciado su pareja o ex pareja de sexo varón.  Si no, a la víctima, que le vayan dando, como ocurrió con la mujer recientemente violada y asesinada en el parque María Luisa de Sevilla.

Una prueba más del grado de inmoralidad, cinismo y control informativo que existe en este país , en el que creemos que rigen principios democráticos, y entre ellos el de libertad de pensamiento e independencia de los medios de comunicación. Sólo unos pocos nos atrevemos a alzar la voz contra esa injusticia, aunque ello nos valga recibir represalias crueles del sistema corrupto. Mas la limpieza de conciencia nos ha de hacer seguir  manifestando la repulsa por igual contra execrables actos violentos, tanto cuando van dirigidos contra mujeres, como el reciente ocurrido en Almería  en el que una mujer ha resultado con quemaduras en el 80% de su cuerpo, como cuando la víctima es  otra, considerada de segunda  categoría. El caso de Almería ha sido dado a conocer en radio, prensa y televisión… Todos concienciados con la lacra de la violencia de género. Pero del asesinato horrible, dantesco del hombre ocurrido en Baleares no se ha enterado casi nadie.

 Como en este caso el hombre estaba enfermo y no podía defenderese, no se dirá que ella le mató y descuartizó  en defensa propia, no, se dirá que la mujer sufría algún trastorno psicopático y que los perros tenían hambre, y santas pascuas. Y yo me pregunto, que hubiera sucedido si un psicópata asesino le hubiera hecho eso a su mujer enferma y minusválida, que además antes hubiera solicitado ayuda policial y judicial? La respuesta es muy sencilla,  se hubiera pedido la cabeza de los responsables policiales y del juez que no hubiera acordado una medida de alejamiento, la noticia habría sido portada de noticiarios de radio, televisión y de periódicos, habría habido minutos de silencio y manifestaciones masivas pidiendo más represión contra los acusados de maltrato, más fondos públicos contra esa lacra y reformas legislativas para condenar sin juicio y  a cadena perpetua a cualquier denunciado por violencia de género.

Pero no , ni la asesinada del parque ni este hombre han merecido ni siquiera respeto informativo. Sus crímenes no interesan a la industria que está implantando una ingeniería social larvada,  y  en lo que no interesa, sencillamente se oculta y relega. Un ciudadano alemán, cuyo pecado fue nacer con atributos masculinos, salvajemente despellejado al más puro estilo Hannibal Lecter en el Silencio de los Corderos. Todo ocurrido en una España de la Omertá, de la degradación informativa, en una  España convertida en el gris escenario del silencio de los borregos.