La isla de los volcanes acogía el pasado viernes el I Congreso Internacional de Emergencias Volcánicas. Un evento divulgativo de carácter científico enfocado en la prevención y en la gestión integral del riesgo para minimizar los efectos negativos en la población de una posible erupción volcánica. Este congreso está incluido en el proyecto comunitario Bomber 2.0 y enmarcado en el ámbito de la Macaronesia (Canarias, Madeira y Cabo Verde; en esta ocasión no participa Azores). El Congreso contemplaba asimismo la realización de un simulacro de actuación de rescate por actividad volcánica (gases tóxicos y seísmos) en el cráter de La Corona que incluía la evacuación de la población de la localidad norteña de Ye.

En términos generales, todos los participantes tanto en el Congreso como en el simulacro, han coincidido en valorar positivamente su desarrollo y ejecución. Términos de satisfacción que comparten la consejera de Seguridad y Emergencia del Cabildo, Soraya Brito; y el gerente del Consorcio de seguridad y Emergencias de Lanzarote, Enrique Espinosa. De hecho, consideran un éxito que se haya desarrollado una actividad como esta, relacionada directa y esplícitamente con el riesgo de actividad volcánica en una isla que cuenta con más de 220 cráteres (visibles). Una actividad que según el vulcanólogo del CSIC Ramón Ortiz “está dormida”.

El simulacro contó con la participación de científicos expertos en el ámbito de la vulcanología (que conformaron el comité científico), así como de las emergencias, la coordinación, la seguridad, sanitarios, y del rescate (que conformaron el comité técnico). Unas 200 personas de distintos cuerpos y más de una decena de observadores nacionales e internacionales, que ahora están elaborando un informe con los errores de distinto que detectaron. Un hecho que en sí mismo es bastante positivo, ya que los simulacros se organizan para detectar errores en situaciones que lo permiten para solucionarlos y poder evitarlos en una posible situación de emergencia real.