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Montero Gabarrón: Una vida de lucha contra el Régimen Colonial Franquista

la verdad de lanzarote  |  22 de diciembre de 2012 (11:26 h.)
los monteros en un acto social

La vida de Aureliano Montero Gabarrón parece salida de una novela de Dominique Lapierre. Pero es la triste y pura realidad: republicano convencido, a temprana edad "visitó" las cárceles Franquistas como "huésped"; desterrado a Lanzarote (cuando estuvo a punto de ser fusilado), se convirtió muy pronto en el centro de atención de las autoridades adictas al Régimen metropolitano; pero también supo granjearse la amistad de un selecto grupo de canarios a los que muy pronto comenzaron a llamar "los revolucionarios", o en un tono más despectivo, "los quijotes"... Montero supo siempre salir adelante, pese a que estaba vigilado por la policía secreta española, y a que en una ocasión, un Delegado del gobierno llegó a amenazarle con pegarle "2 tiros" a la puerta de su casa....

Un jovencísimo Montero Gabarrón, tuvo que pasar una buena temporada en una Prisión Militar franquista (a la tercera detención) por "sus ideas contrarias al Régimen". Por esa misma época, su tío acababa de ser fusilado "por rojo". Y su padre, activo militante Republicano, era amenazado con sufrir su misma suerte. Fue entonces cuando la Dictadura decidió "obligar" a toda la familia a cumplir una especie de exilio en Lanzarote.

Al principio de su estancia en la isla, la familia era vigilada a distancia, pero sin interferir en sus actividades. Así, en 1956, Aureliano Montero comenzó a ejercer como "maestro popular" en la ya legendaria Academia "San Carlos", sita en las inmediaciones de La Plazuela. A él siempre le encantó enseñar a los demás, y justo es decir que contó con un numeroso y selecto alumnado. Entre ellos cabe destacar a la conocida política (de CC) Lolina Curbelo. Cerca de dos años después cubriría el mismo puesto en el Colegio Público "Adolfo Topham", sustituyendo al veterano periodista Guillermo Topham. 

Tiempo después Montero comenzó a trabajar como Administrativo en la fábrica conservera "Rocar", sustituyendo a otro buen amigo suyo, Fernando Curbelo, que en aquel entonces había obtenido la plaza de Magisterio. Años después, Aureliano llegaría a ser Cajero de la citada empresa, hoy lamentablemente desaparecida... Fue en aquellos primeros tiempos cuando Montero comenzó a intimar con los diferentes estamentos de la sociedad insular. Eso sí, sin negar nunca sus convicciones políticas (y las de su familia).

Míticas son ya aquellas tertulias en el viejo Bar "La Marina", y aquellas interminables noches en el Círculo Mercantil. Lugares de encuentro de los entonces "pensadores" de una sociedad que comenzaba a brillar con luz propia, aunque de forma dispersa, y siempre bajo la atenta mirada del Régimen.

- Su carrera periodística

En el año 1956, Aureliano Montero comenzó su colaboración con el legendario periódico insular "Antena", fundado y dirigido por el desaparecido y añorado Guillermo Topham. En ese semanario insular colaboraban las plumas de la época: Agustín Acosta, Agustín Pallarés, Agustín de la Hoz, Leandro Perdomo, y otros tantos que se pierden en el recuerdo... Inolvidables fueron los artículos de Montero: en demanda de un Museo Insular (todavía seguimos esperando); de un Polideportivo (su lucha más emotiva); de un monumento al camello (recientemente retomado); de más apoyo al folklore y al deporte; y un largo etcétera. Su gran amigo Hernández Avero llegó a decir que "su pluma, incisiva e irónica, le acarreó problemas con la Autoridad Gubernativa".

La valía de Montero se vio recompensada en 1964, con su designación como corresponsal del Centro Emisor del Atlántico de Radio Nacional de España en Canarias. Poco después ocuparía el mismo puesto en Televisión Española en Canarias. Su misión era cubrir diariamente toda la información de Lanzarote.  En el mismo año comenzaba su labor diaria como corresponsal del Diario de Las Palmas. Y dos años después era confirmado como el periodista de la Agencia Pyresa (Madrid) en la isla. Dichas circunstancias hicieron que las Autoridades Franquistas (los "culichiches", como los denominaba Montero), se pusieran alerta; y como sabían de las inquietudes culturales de Montero, quisieron atraerlo a su terreno, nombrándole Delegado Insular de Educación y Descanso. Pero Montero le dijo al Delegado del Gobierno español de entonces, Santiago Alemán, que aceptaba con una condición: "no vestir jamás el uniforme franquista y no acudir jamás a actos franquistas, toda vez que usted sabe que yo soy socialista".

- La guerra del Polideportivo y la persecución a los 4 "quijotes"

 En el año 1965, Aureliano Montero inició una lucha titánica contra las Autoridades franquistas de la época (el Alcalde de Arrecife, GINÉS DE LA HOZ, y el Presidente del Cabildo, JOSÉ RAMÍREZ CERDÁ), para que se construyera un Polideportivo en la capital, toda vez que el Viejo Estadio había sido demolido. Pero tan sólo 3 personas lo secundaron: Agustín Hernández, Ginés Pérez y Tomás López; "los 4 quijotes", como los llamaban los adictos (y adeptos) al Régimen colonial. Tras 3 años de enfrentamientos (véase el Artículo "La verdadera historia de los 5 Magníficos"), Montero consiguió que se construyera lo que hoy es la "Ciudad Deportiva Lanzarote". Pero la venganza llegaría pronto...

Llegó un nuevo Delegado del gobierno español, falangista hasta la médula, que ordenó un férreo marcaje sobre Montero. Tanto fue así que un "policía secreto" (y no tan secret) le seguía a todos lados, para informar sobre las "actividades subversivas del rojo". Y en el año 1967, Aureliano fue cesado como Jefe Insular de Educación y Descanso. ¿Motivo? "Utilizar la Obra Sindical para maniobras subversivas"... Como escribiría Agustín Acosta, años después, Montero fue cesado "por actos culturales que no gustaban a algunos".

En agosto de 1968, Montero también fue cesado como corresponsal de TVE y de Radio Nacional. Detrás de todo ello estaban el Alcalde Ginés de la Hoz, y el Presidente del Cabildo Franquista, José Ramírez Cerdá (que tras la muerte de Franco, fue Senador "socialista"). Este hecho fue confirmado por el propio Director del ente en Canarias, Manuel Zavala, quién le dijo a Aureliano que "fue las autoridades de Arrecife las que pidieron que fuera cesado". Incluso Agustín Acosta llegó a escribir que "Montero fue expulsado por zancadillas de las autoridades locales". Años después, Montero Gabarrón recordaría que "al alcalde de Arrecife, José Ramírez Cerdá, lo designaron el 8 de febrero de 1960, presendente del Cabildo Insular de Lanzarote. Cargos así eran mirados con lupa en el Ministerio de la Gobernación. Les importaba la lealtad al Régimen de Franco"

- El Delegado del Gobierno que le ofreció "2 tiros" a la puerta de su casa

Aureliano Montero y su amigo Manuel Hernández Avero tenían como "feudo" el Círculo Mercantil (que llamaban clandestinamente "Sociedad Democracia"). Allí crearon un Boletín Informativo en el que daban las noticias "sin censura". Esto "molestó mucho" al nuevo Delegado del gobierno español, que según Avero llegó a calificar públicamente a Montero como "el Jefe de la Revolución". Y al final, la autoridad gubernativa franquista consiguió que el entonces Presidente de la Sociedad, Antonio López (como confesaría años después) "excluyera a Montero y Avero de la lista de candidatos" a la nueva Junta Directiva.

Pero el Delegado del gobierno franquista no soportaba la actitud de Montero. Así fue que una noche, embriagado, delante de multitud de testigos y amparado en su cargo digital, le gritó a Aureliano Montero, amenazándolo con pegarle "dos tiros", recordándole que era "un enemigo de España" y "un rojo". Peor aún, una noche paró el vehículo oficial (iba escoltado) a la puerta de la vivienda de Montero, y se puso a gritar "Montero, comunista, rojo, te vamos a matar... te vamos a fusilar". El espectáculo fue tremento en la vecindad. Y Aureliano se encontraba dentro con su mujer y sus hijos de corta edad... Tiempo después, dicha autoridad gubernamental ordenaría al único Policía Local de la época, el conocido Pollo de Arrecife, que no perdiera de vista al "rojo".

- El Alcalde que lo quiso "detener"

 En agosto de 1972, Aureliano publicó un Artículo sobre el entonces vigente Plan de Ordenación de Arrecife,en "El Eco de Canarias". Y el Alcalde de aquella época, Rogelio Tenorio de Páiz, acudió hecho una furia al antiguo Muelle Comercial (donde trabajaba Montero) "gritando con malos modales, con insultos y con amenazas, diciendo que en mis crónicas periodísticas 'vertía veneno', 'que dejara de escribir', 'que no escribiera más sobre el Plan de Ordenación de Arrecife', 'que iba a gestionar para que me expulsaran de la corresponsalía'... todo ello a grandes gritos y repitiendo amenazas". Montero presentó una denuncia en la que recordaba que "llegó incluso a cogerme del brazo indicándome que le acompañara, 'que me iba a meter en el calabozo'. Me resistí. Pero insistía gritando 'al calabozo, al calabozo'". Montero denunció que "leyes hay para castigar tales desmanes de allanamiento de morada, de insultos, de amenazas, de abusos de la autoridad".

 - El "espía" en el Muelle Comercial

El 1 de junio de 1966, Montero comenzó a trabajar en Muelle Comercial. En noviembre fue confirmado como Delegado en el Puerto de Arrecife del Ingeniero Director del Grupo de Gran Canaria. Pero en 1967 tomó posesión de su cargo como Director del Grupo de Puertos, Fernando Navarro Miñón, un adicto al Régimen franquista. Un individuo que comenzó una lenta y larga persecución hacia la persona de Aureliano. Tal y como escribió en sus Memorias, "las llamadas telefónicas de D. Fernando resultaban desagradables. Con su amabilidad, decía cosas malas para uno".

 En 1970 hizo aparición un personaje que se presentó a las autoridades locales como "el nuevo Delegado Insular del Ingeniero Director del Grupo de Puertos". Y nada más llegar fue nombrado Lugarteniente de la Guardia de Franco. Según escribió Montero en su Diario, "la sorpresa mayúscula para mí es cuando me entero que ese señor ninguna relación tenía con Grupo de Puertos de Gran Canaria, sino que fue llamado por D. Fernando con la promesa de ocupar mi puesto. A partir de ahí me puse en guardia...". La presión de Fernando Navarro fue tan intensa que "llegó a insistir en que yo fuera cuanto antes buscando otra cosa, que por haber cumplido los cuarenta años, nada tenía que hacer en el Grupo".

Todo tenía visos de ser una persecución política, pues Montero, en sus Memorias, se preguntaba "¿a quién recurrir? No podía contar con la Delegación del Gobierno, por las veces que había sido requerido por mis manifestaciones políticas, registrándose conferencias y otros actos públicos. Además, Valentín, con lo de Lugarteniente de la Guardia de Franco tenía todos los apoyos políticos del Régimen. Yo, para ellos, tan sólo era un rojillo". Pero Aureliano plantó batalla una vez más, y en 1973 logró la plaza de Contramaestre de Explotación de Puertos (el primero en Canarias).

 - Socialista pero no psoista

Fue unos de los fundadores del partido socialista canario en la clandestinidad: trajo a Felipe González, camuflado, para ser entrevistado en Radio Lanzarote. En esa época era el corresponsal de "El Eco de Canarias". ¡Y Franco murió! Pero el Régimen continuó...

El 3 de diciembre de 1976, acudió al XXVII Congreso del PSOE. Este hecho no gustó nada a la Dirección del periódico, que automáticamente cesó a Aureliano. Los rejos del franquismo todavía seguían vivos. Pero serían sus últimos coletazos hacia la figura de Aureliano Montero. Su carrera periodística continuó, llegando a ser uno de los fundadores del Semanario "Lancelot" (sobre esta polémica historia escribiremos largamente otro dia)... Irónicamente, la Asociación de la Prensa de Lanzarote y Fuerteventura, en palabras de su todavía Presidente, SALVADOR HERNÁNDEZ, le negaron un Homenaje en vida, y mucho más tras su muerte.