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C.G.R.G, de 58 años y residente en Lanzarote, era uno de los lugartenientes del capo de la droga

La Operación "Río Maca" logra la desarticulación de una banda que introducía 3 toneladas mensuales de hachís en Canarias

laverdaddelanzarote.opennemas.com  |  04 de enero de 2019 (18:45 h.)
Droga aprehendida por la Guardia Civil

Los efectivos de la Guardia Civil han desarticulado una de las organizaciones criminales más activas en la introducción de hachís en Canarias, ya que lograban meter en las islas casi 3 toneladas mensuales, y ha detenido a sus 18 integrantes, además de incautar 1.450 kilogramos de droga.

La investigación, enmarcada en la denominada Operación Río Maca, comenzó el pasado mes de mayo tras concluir la Operación Cardón, que incautó más de 2.500 kilogramos de hachís y que dio por desarticulada otra importante organización de 'históricos' narcotraficantes que introducían grandes cantidades de estupefaciente en Tenerife. De esta manera, los agentes detectaron otra red criminal que es la que enviaba grandes remesas de hachís desde las costas de Marruecos a varias islas, por lo que, bajo la coordinación de la Autoridad Judicial, identificaron al principal integrante y líder de este grupo criminal, un ciudadano marroquí M.S., de 35 años.

Este individuo contaba con contactos directos tanto en su país como Canarias para llevar a cabo su actividad, siendo el encargado de dar las instrucciones directamente a todos los integrantes de la red (desde a los camioneros que hacían rutas por la geografía marroquí para recoger los fardos de droga en los lugares de producción hasta a quién tenía que realizar la ruta marítima y su posterior alijo en las costas canarias).
Además, M.S. facilitaba su importante y amplia infraestructura de medios a otras organizaciones que introducían hachís en varios puntos del territorio nacional, siempre a cambio de altos porcentajes de las ganancias de los alijos. En este sentido, el 'modus operandi' consistía en que los productores de hachís en Marruecos contactaban con M.S. para indicarle el número de fardos, así como su lugar de ubicación una vez manufacturados.

A continuación, los enviaban a alguno de sus transportistas del líder para recoger la mercancía y trasladarla hasta la costa del Sahara, donde era custodiada hasta su envío a Canarias a través de embarcaciones.

Una vez que la droga salía de Marruecos, el resto de la organización recibía el estupefaciente en distintos puntos de la costa canaria, siendo estos lugares elegidos a conciencia y con todo detalle, para lo que, en días previos al alijo, se desplegaban numerosas personas para evitar y controlar la presencia policial, creándose una sensación total de impunidad entre los participantes.

"MANO DERECHA" EN LANZAROTE

El despliegue humano y técnico que el líder de la organización trasladaba a la zona seleccionada para alijar era de tal magnitud, que no intentaban controlar sólo la playa elegida, sino una amplia zona de la isla, por lo que no dudaban en alijar a plena luz del día, ante la estupefacción de vecinos y bañistas. Una vez realizado el mismo, la droga era trasladada a 'guarderías' y de ahí a vendedores 'mayoristas', intercambiándose elevadas cantidades de dinero que se hacían llegar a los propietarios del hachís en Marruecos.

Por su parte, todo este circuito del hachís era dirigido en exclusiva por M.S. y sus dos lugartenientes; uno en Marruecos, encargado de supervisar la vigilancia y embarque de la droga en las costas marroquí, así como de la selección de los patrones y de las embarcaciones; y una mujer en España, C.G.R.G, de 58 años y residente en Lanzarote.

La mujer no sólo se encargaba de seleccionar a los participantes en los alijos y a las personas encargadas de la custodia y ocultación de la sustancia en territorio nacional, sino que también era la encargada de supervisar los pagos, para lo que no dudaba en viajar entre diferentes islas para 'ejercer presión' cuando se demoraban los mismos.
Finalmente, la investigación dio sus frutos cuando este grupo criminal se disponía a alijar cerca de 1.500 kilogramos de hachís en la playa de Venegueras, al sur de Gran Canaria. Para ello, los narcotraficantes habían dispuesto una vigilancia del lugar e inmediaciones desde varios días antes, llegando incluso a establecerse en la playa, haciéndose pasar por campistas, contando de esa forma con varios puntos de vigilancia fijos y móviles sobre todos los accesos a la playa.


OCHO PERSONAS PORTEANDO 47 FARDOS DE LA COSTA A UNA FURGONETA

Tras la llegada de la embarcación semirrígida, los agentes que formaban el dispositivo policial, perfectamente diseñado, constataron como un total de ocho personas portearon los 47 fardos del envío hacia una furgoneta que habían ocultado días antes en las inmediaciones de la playa, iniciando seguidamente su traslado por carretera, para lo que contaban con el apoyo de varios vehículos "lanzadera" a distintas distancias para blindar el alijo.

A la vista de estos hechos, se procedió por parte de los agentes a interceptar el cargamento de droga, deteniendo simultáneamente al resto de participantes que se encontraban en la zona, así como al resto de la organización en diferentes puntos de varias islas del Archipiélago Canario.

Entre estas detenciones destaca la de M.S., para lo que se necesitaron más de una veintena de agentes sólo para este objetivo y poder controlar sus movimientos, debido a las "extremas" medidas de seguridad que adoptaba, siempre rodeado de un amplio número de colaboradores pendientes de cualquier presencia policial.