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Padre Báez

Si tuviéramos que comer de lo que producimos localmente, nos moriríamos de hambre.

Sacerdote y escritor

Padre Báez | 21 de febrero de 2018

Si tuviéramos que comer de lo que producimos localmente, nos moriríamos de hambre. Nada digamos de los turistas al respecto, pues les pasaría otro tanto o lo mismo.

Veamos: ferias del agro, y mercadillos locales, nos engañan con lo que venden como si fuera cultivado aquí, y nos engañan como a niños, que nos lo creemos todo y nos chupamos los dedos. Si no hay huertos, no hay cultivo; si no hay cultivo, no hay productos; y si no hay productos, no hay nada de la tierra. Con tres fresas de Valsequillo y alguna bobería más, no comen ni cuatro; lo que una finca produzca, pongamos que allá en Mogán o en cualquier lugar –para que rime- en alguno de sus pagos, eso no va más allá de al lado (¡que distinto cuando en mi niñez, aquellos camiones bajando desde Tejeda, pasando por La Lechuza, cargados de papas, de frutas, de coles, de..., ¡todo!; ahora camiones descargando barcos y trayendo todo de fuera –no sabemos de dónde- y nos dicen todo eso es de aquí, ¡y una m.....! Si no hay –salvo excepción- agricultores, no podemos vender nada o muy poco y ello de forma simbólica y ridícula: ¿dónde esa enormes fincas fantasmas?

Y ello, cuando en tiempos aún recientes, teníamos plátanos para dar y tomar –por poner un solo ejemplo-, como sucedía con los tomates (disculpen que dije solo ponía un ejemplo, pero se me escapó); ahora incipientemente tenemos algunas aceitunas; pero, ¡nada que se parezca a Anda-Lucía y a Extre-Madura! Al tiempo que desaparecen los parrales, decrece la producción de vino. Lo poco que nos venden todo-todo es ecológico, ¡a saber! Sabido es el número de enfermedades que nos están entrando y produciendo lo poco y mal que comemos, pues nada sabemos de su procedencia y su cultivo.

En la misma proporción que decrece el número de cabras –el cabildo las mata- baja la producción de queso, que no llega a ningún lado, sino a alguna mesa, que contando con los dedos de la mano, sobran dedos. Frutas y verduras, es sabido no es compatible con la plantación total de pinos que hace el cabildo. Productos agrícolas y ganaderos, no podemos tener, salvo simbólicamente. Y por más que atraigan a la gente con músicas y áreas para que los niños jueguen mientras los padres no pueden comprar lo que no producimos –aunque e lo crean-, vendrá de fuera todo, ¡y más por venir! Y a pesar de ayudar a la desaparición de toda agricultura y ganadería el cabildoaparece patrocinando eventos falsos y faltos de productos canarios.

 

El Padre Báez, Pbro. 21-08-18




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