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Juan Carlos Cárdenes

La Jubilación de Melchor, Gaspar y Baltasar

Licenciado en Derecho. Máster de Turismo. MBA

Juan Carlos Cárdenes | 05 de enero de 2016

ASSOPRESS

 

Todos habíamos imaginados que en algún momento a algún puntilloso interventor municipal se le ocurriera sustituir a Melchor, Gaspar y Baltasar, tres nóminas, por una sola, sustituyendo a sus vetustas Majestades por Papá Noel en aras de un mayor rigor presupuestario, siempre en beneficio del contribuyente,  los Ayuntamientos se ahorrarían dos nóminas. Con los tiempos que corren,  y con tanta corrupción, no está justificado que existan tres funcionarios que solo trabajan 24 horas al año, eso sí, exhaustivamente.

Los Reyes Magos comienzan su andadura como funcionarios en Alcoy, Alicante, en 1866 y llevan acumulados muchos trienios  y veteranía desde entonces.

Según la tradición, tienen su tumba y domicilio legal en la Catedral de Colonia, es necesario tener un domicilio para poder recibir la nómina y ser demandados por estafa y corrupción, que todo se andará.

Para nosotros Papá Noel es más moderno, llega a España con el desarrollismo y los americanos de Mr. Marshall y desde entonces ha conseguido un gran respaldo popular.

Papá Noel antiguamente fue San Nicolás de Bari, de Turquía, que favoreció a los niños de su época, allá por el Sg. III. Es funcionario de tradición anglosajona, también cristiana. En contra de lo cabría suponer los Reyes Magos y Papá Noel no son competidores sino colaboradores, el mercado es muy amplio, y el objetivo común es que todos los niños tengan su tradición, sus recuerdos y sus regalos. El trabajo se amontona durante esos días y existe una gran labor de logística desde mucho tiempo atrás que no vemos, es un trabajo callado y minucioso en el que no debe haber equivocaciones en las direcciones.

Lo verdaderamente novedoso es que el Ayuntamiento de Valencia decida sustituir a Melchor, Gaspar y Baltasar por tres nuevas Señoras Musas llamadas Libertad, Igualdad y Fraternidad sin haber convocado la preceptiva oposición o concurso público y sin la debida tradición en el campo de la Ilusión Infantil que sí cubren con creces los anteriormente mencionados funcionarios de carrera asumiendo, por lo tanto, que es un cese inmotivado e  improcedente.

A mayor abundamiento, las Señoras Musas Libertad, Igualdad y Fraternidad cumplieron su cometido solamente en 1937 y no dejaron recuerdo alguno pasando sin pena ni gloria y al no tener domicilio conocido estarían tipificadas en la Ley de Vagos y Maleantes vigente en esa época aunque actualmente esté derogada.

Finalmente, y en favor de los Reyes Magos, todos tenemos el más grato recuerdo de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Por todo esto he decido escribir mi carta de buenos deseos y peticiones a los Reyes Magos de una larga y fructífera vida para que sigan distribuyendo regalos a todos los niños sin distinción de color o credo todos los años.

Un niño grande

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