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La suerte de tres archipiélagos africanos

| 05 de octubre de 2012

EL TRANSISTOR DEL FACEBOOK. Los Archipiélagos Canario, Madeira y Cabo Verde han sido en primer lugar colonias europeas y no han tenido la misma suerte cuando se implantó en el mundo la independencia de las colonias.

EL TRANSISTOR DEL FACEBOOK.

Los Archipiélagos Canario, Madeira y Cabo Verde han sido en primer lugar colonias europeas y no han tenido la misma suerte cuando se implantó en el mundo la independencia de las colonias. Canarias  fue un archipiélago conocido desde el comienzo del paso de los tiempos, mientras que Cabo Verde y Madeira eran desconocidas y deshabitadas, llegando al trámite del coloniaje sobre el siglo XV, época en que fueron descubiertas por portugueses pasando a ser coloniajes lusitanos con los sufrimientos adecuados a este tipo de administración. El Archipiélago Canario fue diferente. Indagando en la historia no encontramos momentos de su descubrimiento, quedando como territorio de escala desde tiempo inmemorial. Era conocido por navegantes griegos, romanos y fenicios, sorprendiendo que ninguno de estos pobladores se hicieran con él y lo consideraran con carácter de coloniaje.

 

Son muchas las curiosidades históricas que lo sitúan como enclaves importantes y el país que más vio la posibilidad de coloniaje fue España, que no tardaría mucho tiempo en decidirse a ocuparlo a base de la cruz y la espada. Los otros dos archipiélagos que he citado, al ser inhabitados, sin que con esto quiera decir que más tarde no hubiera dolor y opresión en la conquista, fueron colonizados por Portugal, mientras que el Archipiélago Canario puede contar en su historia la imposición criminal española. Hubo batallas por ambas partes, pretensiones de ocupación que dieron ocasión a luchas donde la vida se ponía en juego; no es cuestión de entrar en detalles de cómo fue un pueblo dramáticamente sojuzgado, y a través del tiempo mantiene un dominio que ha permitido cambios de cultura y lo que es peor la absorción de su lengua.

 

La Convención de Jamaica pretendió poner las cosas en su sitio, pero no lo consiguió del todo. Canarias mandó una delegación que fracasó en el intento de nuestra independencia ya que se preocupó más por recuperar Gibraltar que por  todo lo concerniente a las Islas Canarias. El único archipiélago que logró entrar en los proyectos de la Convención fue Cabo Verde, que pasó a ser independiente del dominio portugués. El archipiélago de Madeira sufrió un dominio ambiguo, de tal manera que siguió siendo portugués con el atrevimiento de esta nación de aplicarle zona marítima exclusiva, es decir, el gozo de las doscientas millas. Canarias no pudo conseguir liberarse del dominio colonial y ser nación independiente. Como se sabe, la disposición jurídica de la Convención aplicable a los archipiélagos mientras no fueran estados fue sujeta a las islas que siguieran siendo coloniales con un límite de doce kilómetros alrededor del perímetro de cada una de ellas, por lo que sorprende que Portugal se atreviera a considerar Madeira dentro del concepto de limitación con zona marítima exclusiva.

 

Canarias, que como sabemos  sufre un abusador dominio coloniaje, a estas alturas de la vida donde uno de los derechos fundamentales del hombre es la libertad, ve cobardemente cruzada de brazos ante el mundo, cómo la despojan de sus derechos naturales, y aparentemente se le concede, mediante una falsa mediana, zona marítima exclusiva, arreglo que se ha realizado con apariencia de legalidad, cuando todo es un burdo convenio que le hace sufrir el robo de las propiedades que le han sido concedidas por la naturaleza. Ya es hora de que hombres probos y con amor absoluto a nuestra tierra canaria defiendan nuestros derechos de nación que nos están siendo usurpados por amplio grupo de ladrones y vividores, actitudes ofensivas que no puede tolerar ninguna población orgullosa de sí misma, y máxime cuando esos derecho y obligaciones  quedaron establecidos en la Convención de Jamaica, única legislación jurídica que obliga a todos los países del mundo en los derechos del mar, quedando pues clara la suerte  de estos archipiélagos, contando además con la ayuda de todo el continente africano se permitió que la delegación española saliera con el rabo trasquilado y permitiera que la opresión no desapareciera de estas islas, aumentada con pretensiones espurias respecto a nuestras riquezas naturales.

 

Todavía estamos a tiempo de imponer nuestro deseo democrático de poder vivir en nuestro archipiélago considerado ante el mundo como Patria canaria y no tener que sufrir la humillación de que sin amparo de ley tengamos que firmar convenios de pesca en aguas de Madeira con aquiescencia de España y el Gobierno de Canarias.

 

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