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Serias desavenencias entre los socialistas

| 03 de noviembre de 2012

EL TRANSISTOR DEL FACEBOOK Aunque parezca mentira, dentro del seno socialista ha habido graves desavenencias. Algunas de tan pernicioso efecto que han traído como consecuencia serias derrotas del partido, o, por lo menos pérdidas de valores electoralistas que hacían presumir un gobierno estable en el mapa político español. Hoy me voy a referir al encuentro habido entre Jerónimo Saavedra Acevedo y Juan Fernando López Aguilar.

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Aunque parezca mentira, dentro del seno socialista ha habido graves desavenencias. Algunas de tan pernicioso efecto que han traído como consecuencia serias derrotas del partido, o, por lo menos pérdidas de valores electoralistas que hacían presumir un gobierno estable en el mapa político español. Hoy me voy a referir al encuentro habido entre Jerónimo Saavedra Acevedo y Juan Fernando López Aguilar. Tengo que decir rápidamente que Jerónimo Saavedra debe explicar el origen de su encono contra el otro socialista citado. Me supongo que haya algo de celosía o de sentimiento dañado por un intrusismo que se puede suponer por creerse Saavedra  patriarca del socialismo canario. López Aguilar irrumpió en las elecciones que le produjo nada menos que veintiséis puntos de treinta posibles, y eso es en triunfal bagaje que contra cualquier sentimiento íntimo no se debe desperdiciar.

 

El amplio triunfo socialista fue sin duda debido a la abierta lucha de López Aguilar contra la corrupción política, y, me supongo, que ese ha debido ser uno de los motivos del encono de Saavedra contra el triunfador de su partido. Si mi impresión es errónea, Saavedra debe salir al paso con una clara conciencia que pueda explicar a favor o en su contra lo ocurrido. Hay un detalle importante que debe ser destacado, sin que quiera decir con esto que sea consecuencia directa de lo sucedido: no hay que olvidar que Saavedra llegó a hacer público su interés porque Paulino Rivero fuese declarado hijo adoptivo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, unas palabras que sorprendió a muchos. Y fue tan clara la labor de zapa que se hizo que López Aguilar salió de Las Palmas de Gran Canaria como si fuera un enemigo del Partido Socialista, todo lo contrario a lo que hizo suponer en el seno del partido con su rotunda victoria, menos en el pensamiento del hostigador Jerónimo Saavedra. Así lo pienso y así lo digo, dispuesto a rectificar si fundamentos válidos me lo exigen.

Si vamos a la definición del término socialista, vemos que es el partido más indicado para captar votos conscientes; las ideas claras del marxista Pablo Iglesias al fundar el Partido Socialista Español y la Unión General de Trabajadores fueron muy bien definidas por su grandioso pensamiento, acercando al pueblo español a una sociedad de amplio bienestar social. Estos pensamientos no eran nuevos en el momento en que él creó esos dos grupos, eran ideas antiguas que se fueron adaptando a las vivencias de aquellos y los actuales momentos. Grandes hombres de hace muchos años estuvieron buscando la fórmula de un bienestar social estable, pues no hay que olvidar que hasta Platón pensó, dentro de sus propios cálculos, en el comunismo. Por lo tanto debemos aceptar que el cambio revolucionario propuesto por Marx y Pablo Iglesias no eran ideas nuevas sino ampliamente renovadoras.

Yo no soy adepto a ningún partido político, no por dejar de creer en su suma necesidad. Pero es tal mi convencimiento de la falta de pureza de los partidos que se nos proponen, que me hace huir de una familiaridad que yo no me tolero. Me dirán que no tengo derecho a criticar, pienso de mí lo que he dicho porque estoy convencido de que cualquier abstención decente y fundamentada debe ser respetada. Démonos cuenta que abstenerse no es fraude de ley.

Lo primero que hacen todos los partidos es sumar el número de votos habidos, y si este número es importante, piensan que están siendo creídos, y es mi preocupación principal de que mi voto, si lo hiciera, sumara al total habido, que, como dije antes, es lo importante de toda votación. Entre mayor  es el número, más creencia del interés de la gente, a lo cual yo no aporto mi engaño. Mi abstención es decisión que estimo honesta. Todo lo contrario si no lo hiciera así. Repito cuantas veces sea preciso que si yo conociera un partido independentista serio y fundamentado plenamente a favor de la Patria canaria, aquí me tendrían como primer votante. Pero por desgracia eso ni siquiera está ocurriendo. Son tantos los llamados a ser presidentes de

Gobierno, formando grupitos particulares, viéndose en las listas electorales tres o cuatro grupos de este tipo unidos hasta conseguir el objetivo que se proponen, sin apenas ánimo de buscar una reunión sincera y honesta para solucionar el enorme calibre que está pidiendo hace tiempo el Archipiélago Canario.

En resumidas cuentas, independencia de nuestro archipiélago, pero formando un estado independentista lo más fuerte posible para que seamos reconocidos como el último territorio colonial que sigue doblegado por esta injuriosa situación.  Independencia con demostración de fundamentos históricos y con un sistema de paz y armonía en elevado sentido democrático.

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