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Nicolás Montero

Dale la mano a Fulano... a Mengano

Analista deportivo

Nicolás Montero | 13 de octubre de 2013

FÚTBOL DE GARRAFÓN

 

 

Previamente a mi analisis quiero referir que para NADA generalizo en cuanto a los monitores y padres.

Ya cité en su momento lo pesimamente mal que se desarrolla en sus "tripas" el fútbol BASE en esta santa isla de Lanzarote. Como gran amante a este deporte y más concretamente a las competiciones que disputan los más pequeños, suelo apostarme con cierta frecuencia por los diferentes estadios para disfrutar del juego de éstos, aún inocentes.

Las competiciones de los más mozalbetes apenas han comenzado y nada ha cambiado. Afortunadamente, la mente cristalina y nítida de los niños continúa (aunque en peligro) estando libre del maligno éter que desprenden los que verdaderamente tienen que dar ejemplo con ellos, ...que son sus jugadores...que son sus hijos. Pero desgraciadamente éstos, los mal llamados educadores de la misma sangre o padres, y los que dicen que los entrenan o mejor malcrían deportivamente, tampoco han cambiado ni un ápice, más bien todo lo contrario.

Son NIÑOS, benjamines, alevines e infantiles. Queda muy bien lo de salir del vestuario antes del partido dándonos la mano, abrazos y demás carantoñas; sin duda, pero tras esta fotogénica parafernalia queda lo más importante que es la disputa de un partido.

Es en ese momento cuando entran "en juego" los agentes externos que nada tienen que ver con la contienda. Repito, son NIÑOS, y los que están en la grada, algunos dando ejemplo FUMANDO y BEBIENDO, deberían comportarse como lo que se espera de un adulto con un mínimo de educación.

No es así, apenas el balón comienza a rodar, ya están "lanzando" toda serie de improperios a la persona que le toca arbitrar. Los que "escupen" esas verborreas desagradables desde el graderío la gran mayoría de las veces son padres que flaco favor le hacen a sus hijos.

Lo pude comprobar in situ, una vez más, en el alevín TAHICHE-SAN BARTOLOMÉ donde desde las gradas una manada de "señores/as" sin control empezaron a "despellejar" verbalmente al árbitro, simplemente por el hecho de que SUS NIÑOS eran más flojos que el contrario. Y lo que es aún peor, aquellos niños que también estaban presenciando ese partido pues tomaron buena nota y despotricaban a la misma altura que esos zánganos en edad. Buena enseñanza.

Pero para que el circo estuviera al completo, en el bando del equipo batatero habían dos individuos, uniformados con camisas de ese honroso y honorable club, que lejos de pregonar con el ejemplo de buenos monitores para con sus jugadores; se dedicaron todo el partido a increpar, insultar y vilipendiar al joven árbitro del encuentro.

Dentro del rectángulo de juego, los que jugaban, los que disputaban, los que querían hacerlo bien..., AHÍ no hubo ninguna clase de problema, todo lo contrario, buen rollito. Todo se desarrolló con total normalidad y como no podía ser de otra forma ganó el mejor, como casi siempre.

Eso sí, tras el partido, los dos individuos que "llevaban" a los NIÑOS del San Bartolomé, después de quedarse casi afónicos tras tanto desagravio a la figura del colegiado, no paraban de decirle a sus jugadores " DALE LA MANO A MENGANO, CITANO, ZUTANO...." , incluido a la del árbitro.

Todo un ejemplo de deportividad, de educación y si me apuran de hasta CINISMO.

Para ser buen padre de un niño futbolista, pues eso, lo eres; allá cada cual con la educación.

Pero para ser un buen monitor de niños futbolistas, no sólo hay que parecerlo, sino SERLO.

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