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Nicolás Montero

Padres estúpidos, los hijos más

Analista deportivo

Nicolás Montero | 19 de noviembre de 2014


En esto del fútbol base, al menos todo lo que rodea a estas competiciones, se ha convertido en la actualidad en un mero ¨CIRCO¨ donde el ego de muchos padres pueden más que el exclusivo espíritu deportivo que debería imperar en cualquier niño, equipo y competición.
Y es que ya no sólo les basta o se conforman algunos de los progenitores con sentar ¨CÁTEDRA¨ por las sobrevaloradas excelencias de sus vástagos, sino que además y encima, se permiten el lujo en su delirante verborrea de separar el trigo de la cizaña. Es decir, en su afán de separar lo bueno de lo malo, estos estúpidos con hijos de por medio, creen en su infinita sapiencia que lo que han fecundado van derechitos al estrellato, y que los que están a su alrededor jugando con sus hijos son sólo meros comparsas que mayormente lo que hacen es molestar e incluso desprestigiar.
En esta basura se ha convertido el fútbol base insular en esta santa isla de Lanzarote, donde la esencia de la ¨higiene¨ en el desarrollo de los niños, ha dado paso a unos padres ¨CLASISTAS¨ que en su interminable prepotencia creen que tienen el sumo derecho a mirar por encima del hombro a no se sabe quién.
Claro está que me refiero a una determinada ¨FAUNA¨de señores y señoras que consideran que los partidos cuando se ganan es en buena parte gracias a labor de sus hijos. Y que cuando se pierden es responsabilidad casi exclusiva de los otros; es decir, de la plebe que lo único que representa es que visten el mismo equipaje que sus intocables figurillas.
Estos progenitores, procreadores, padres o lo que ustedes prefieran, se pavonean por cualquier antro de que el equipo de sus hijos no se entendería sin ellos. Que la luz que alumbra no sería de tal intensidad si por allí no patearan sus ¨LUMINOSOS¨ retoños, vamos que los puntos sumados por el equipo e incluso campeonatos son fruto de estas eminencias del fútbol.
Claro, luego está el hedor que desprenden estos padres cuando sueltan sus lastimosos e hirientes comentarios desprestigiando a algunos compañeros de equipo de sus excelsos vástagos, metiendo en una urna de oro a los suyos a la vez que arrojan al pozo de las inmundicias a lo niños que estos señores consideran que no sirve para esto del fútbol.
La cruda y dura realidad siempre refleja al final quién es quién en esto del balompié. Las figuras en esto del fútbol nacen y en ocasiones se hacen, pero la naturalidad en el desarrollo del niño futbolista está también su futuro como adulto en la sociedad. 
Por lo que un exagerado ENSALZAMIENTO de los niños por parte de unos padres IGNORANTES sólo llevaran a esos chiquillos a creerse algo que tan sólo está en su CALENTURIENTA imaginación y la de sus padres.
Otra cosa bien diferente es la pretenciosa manipulación de esos engreidos padres que en algunos casos escondiendo una lastimosa existencia personal, ¨ADORNAN¨ de manera desproporcionada  y kafkiana las virtudes de sus primogénitos.
En este inframundo se ha convertido el fútbol base de Lanzarote, con equipos confeccionados a gusto de algunos padres, y donde el mamoneo y sobrevaloración de más de un niño se ha convertido en rutina habitual.
El tiempo, como se suele decir, pondrá a cada uno en su lugar. Y ni los jugadores serán tan buenos y a la postre quedarán furulando por estos lares. Y ni los dirigentes de clubes son tan honrados e imparciales, en ocasiones son MERCENARIOS y ARRASTRADOS de algunos padres. Y ni mucho menos la mayoría de los padres son ejemplo de nada en la educación deportiva de esos niños futboleros.
Da verdadera lástima oir algunos comentarios de niños-niñatos despellejando y criticando a amigos de su misma edad, sólo por el hecho de que estos no tengan el mismo nivel futbolero que esos AVENTAJADOS de tres al cuarto. Cosas de niños dirán algunos, pero lo cierto es que estos ESTÚPIDOS reproches entre niños son sólo el mensaje absorbido de parte de unos ESTÚPIDOS padres.
 

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