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Padre Báez

Tabaibailandias

Sacerdote y escritor

Padre Báez | 13 de febrero de 2014

 

Tabaibailandias, en lugar de Canarias; y ello, porque Bruselas las tienen protegidas (a las tabaibas), razón por la que no se las pueden extirpar de terreno alguno, y hay que dejarlas campeen a sus anchas por todo el territorio escaso insular; y anteponiéndose a cualquier explotación ya sea la de la cantera de Arucas (o cualquier otra, agrícola o ganadera), que como ejemplo de aberración mayúscula,  es asombro, y ello ante el silencio del cabildo -y gobiernos y partidos políticos- que percibe más dineros por multas, por atentados tabaibaleros, que por los escasos y mínimos dineros que se embolsilla por lo de las piedras de dicha cantera u otras actividades tradicionales ya prohibidas y perseguidas, multadas y acabadas. Razón ésta de peso mayor, por la que ningún partido político, ni gobernante alguno hacen lo más mínimo por derogar dicha protección, que la mantiene una normativa ridícula y absurda europea con apoyo de una nación que nos ignoran y explotan, que no se osa cambiar, bajo ningún concepto, pues la leche no utilizada de la tabaiba es altamente rentable a las arcas cabildicias, y ello muchísimo más que la que genera ganados y granjas afines. ¿Cómo se iba a quitar esa vaca lechera, que tanto dinero da a gobernantes que gobiernan contra su pueblo al que multa en relación bataibil, y de lo que viven? Porque veamos: de proteger una determinada especie arbórea o planta de mala leche -como la que nos ocupa u otra-, sea o sería  si esa dicha planta o especie venenosa, estuviera en peligro de extinción, cual endemismo, y por tanto próxima su desaparición, a cuyo fin se la protegería, y ello en reservas o llevándola al jardín canario de tafira, o semejantes (un banco de semillas o ¡yo qué se!), pero que al no ser  el caso, pues las islas se están llenando irremediablemente y de forma totalitaria y vertiginosa, de dicha mala hierba o arbusto, no hay motivo, para mantener esa prohibición de ¡ni tocarla!, cual si planta sagrada fuera, ¡que ni así!, pero que dando tantos dividendos a políticos corruptos, nada hacen por levantar la veda, y así en ningún programa de partido político alguno, aparece el compromiso de pedir a Bruselas levante ese castigo, pues ven en él, un recurso económico descomunal. Y es, que si alguna virtud, tiene la tabaiba -y ello siempre que se la dejara cortar- es que con ella en la tierra, picada en trozos muy pequeños, es el producto fitosanitario más eficaz que haya, y de forma totalmente ecológica y natural, para erradicar plagas, malezas, bichos, etc., que como es notorio, tampoco interesa, pues la química que nos intoxica y mata, y que nada previene ni erradica, dejaría de ser otro de los grandes negocios, que sí interesan, razón por la que las tabaibas siguen sin tener virtud o utilidad alguna a pesar de los trillones y trillones de ejemplares que cada día se multiplican y expanden de forma masiva, sin que bien alguno produzca, salvo el que por sanciones y multas, engrosan las arcas cabildicias a costa de desaprensivos e inocentes agricultores y ganaderos, que creyendo no van a ser descubiertos, se arriesgan a cortar o quitar de en medio algún ejemplar (de tabaiba), sabiendo que su leche real no se utiliza para nada, y a sabiendas que hasta para desparasitar un animal -al margen de la tierra y producciones agrícolas- es de eficacia matemática y científica.

¡Nada, que la cosa es así!, y ciego y engañado absurdamente este pueblo, con carnaval y fútbol, no se entera de nada; ahora también con el balón-cesto tan altamente promovido por el hijo del presidente del cabildo, que nos hace mirar a balones, y no al campo, lleno por todas partes de la dichosa y envenenada tabaiba, menos para ellos que los enriquecen a la par que se empobrece más y más nuestra tierra y pueblo, al no poder encontrar libre un cacho de tierra donde plantar algo, al estar la omnipresente tabaiba, a la misma que no se puede molestar, ni dañar, y mucho menos eliminar. Y así, tabaibas por todos lados, protegida y antes que plantar un saco de papas, hay que dejar el terreno libre para que se desarrolle una planta (“basura” la llaman los sabios del campo, como lo es Miguelito Jiménez en Caideros de Gáldar, pastor de 84 años, y otros), que lo llena todo.

¿No habrá alguien que solicite de Bruselas -donde hay amplia representación de siglas políticas- que protejan al campesino antes que a la tabaiba? ¿No se va a cambiar la normativa? ¿No hay tabaibas por todos lados?...

 

El Padre Báez.

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