
Fuertes vientos corrían
En aquella época
Vientos que traían
Barcos de Cananea.
Fuertes vientos corrían
En aquella época
Vientos que traían
Barcos de Cananea.
Hombres rojos
Con lengua perecida a la nuestra
Que venían en paz
Que no es lo mismo que en guerra
Fueron acogidos
Por los canarios de entonces
Los dejaron vivir
Como y por donde quisieran
Quedaron admirados
Por la calidad de la madera
Para reparar sus casas
Y volver a su tierra.
Años después volvieron
Más barcos, con sabios y soldados
Conocer las nuevas tierras
Conocer la gran calidad
De sus materias.
Descubrieron la sangre
De uno de nuestros dragos
Enseguida comprendieron
El sabor de nuestra savia.
Guardando celosamente el secreto
Volvieron a Cananea
A traer esclavos, que trabajaran
Desangrando nuestros dragos.
Grandes humos por aquel entonces
Volcaban nuestras montañas
Mandados por el Señor del Fuego
Para que la noticia corriera
Por todos los lares.
Llegando a nuestra tierra
Romanos y cartagineses
Huyendo de sus guerras
Para evitar ser asesinados
Más sabiduría, aprendices y soldados
Pensaron nuestros sacerdotes
Que en Guayadeque ya estaban asentados
Pero todos no aprendieron
Algunos fueron ganaderos
No volvieron a sus tierras
Por temor a ser apresados
En nuestra casa se quedaron
Perdiendo el arte de fabricar sus barcos
No todos quisieron
Ser sabios o ganaderos
En la costa se establecieron
Los que superiores se creyeron
Traían sus propias artes
Nuevos saberes
Corrían por nuestros andares
Formaron poblados
Construyendo sus casas
En sitios elevados
Todavía perdura
Esos horizontes lejanos
En un lugar llamado Túfia
Hoy en día, lugar abandonado.