Lo que no te han contado sobre el accidente de los Rodeos

Jorge Ancor Dorta

JORGE DORTA "ANCOR"-MENCEY MACRO

Parece que con la muerte de Antonio Cubillo determinados periodistas insisten en traer a colación el fantasma de la catástrofe de los Rodeos de 1977. Aportemos algunos datos.

De 1956 a 1980 ocurrieron 13 siniestros aéreos en Los Rodeos, dos de ellos posteriores al  accidente de 1977, sumando un total de 951 víctimas mortales. Triste récord que multiplica por 3 a cualquiera de los aeropuertos con mayor índice de siniestralidad del mundo.

 

Un aeropuerto construido en una zona de niebla

 

Tras el siniestro de 1972 se aprobó el proyecto de Tenerife Sur en 1973, inaugurado en 1978. En ese momento ya habían ocurrido 10 siniestros en Los Rodeos, con 222 muertos. 

El controlador de la torre de control era Fernando Azcúnaga Aaransay, nacido en Bilbao en 1935. El propio Azcúnaga confiesa que se había pedido un radar de rodadura para el aeropuerto mucho antes del accidente de 1977, pero que no se les había concedido porque Los Rodeos "estaba abandonado". 

Al echarle la culpa al MPAIC el estado español, no solo sacó un rédito político sino que también se ahorró dinero como reconoce el propio Azcúnaga 

"Las compañías de seguros me atosigaron muchísimo, hasta el punto de que en una de las reuniones me levanté y les dije que se había acabado, que no les iba a decir más. Eran un montón de compañías y lo más fácil para todas era echarle la culpa al controlador y que todo lo pagara el Gobierno español. Pero no lo lograron y tuvieron que pagar cantidades históricas. Fue muy duro porque partían de que era culpable. Me sentí mal. Me ayudó mucho el jefe de control, el hoy general retirado Hidalgo. Me dio unos días de permiso y me aconsejó que me fuera a Gran Canaria para quitarme del acoso al que estaba siendo sometido en Tenerife. Fue impresionante: la insistencia de los medios, las aseguradoras y particulares que querían saber detalles... "

Pero el estado español no solo sacó rédito político y económico al echarle la culpa al MPAIAC sino que también creo en el alma de los canarios un falso sentimiento de culpabilidad. El sentimiento de culpabilidad es una de las emociones más inmovilizantes y destructivas que podemos experimentar. Agradécesela al estado español que ha tratado al independentismo y nacionalismo canario sentirse culpable por las culpas de otros.

 

Tres años después ocurrió el accidente de 1980 que dejó otros 146 muertos, y en el que, una vez más y al igual que el accidente de 1977, se detectan graves fallos de la torre de control. El informe del accidente dice claramente que el controlador dio instrucciones al avión para proceder a la espera. Esa espera no estaba publicada y su rumbo no tenía relación con el de la pista de aterrizaje, lo que provocó dudas en la tripulación durante una fase tan crítica como es la de aproximación. 

La información referida a la espera, que fue transmitida por el controlador, era ambigua y contribuyó directamente a la desorientación de la tripulación. No se indicó una altura mínima para la espera y la orientación de la espera era irrealista, puesto que no concordaba con el rumbo de la pista de aterrizaje.
 

Por tanto, a los que creen que si el batir de las alas de una mariposa sobre Pekin crea un huracán en el Golfo de Mexico, debemos encarcelar a la mariposa por ser la causa de la causa de la causa de la causa, y atribuyen alguna responsabilidad al MPAIAC por el desvío de 2 aviones de Gando a Los Rodeos, con mayor razón aún deberían culpar al estado español por ser la causa directa de la causa de la muerte de 951 personas en el aeropuerto de Los Rodeos en trece accidentes aéreos.

Antonio Cubillo puede haber cometido muchas equivocaciones, pero también es cierto que estuvo sufriendo a la maquinaria de propaganda del estado durante 40 años.


Más despreciable y vil, si cabe, es el uso de la creación del sentimiento de culpa en el pueblo canario por el accidente de Los Rodeos, para ahorrarse dinero y sacar rédito político, cuando el responsable de las decisiones de localización, inversión y equipamiento de los aeropuertos, radares incluidos, así como de la capacitación de su personal, es AENA que siempre ha sido una empresa pública dependiente del Gobierno Español. Además es especialmente hipócrita cuando los beneficios de los aeropuertos canarios históricamente no se han usado para mejorar y modernizar el equipamiento de nuestros aeropuertos, sino para cubrir el agujero de los aeropuertos españoles deficitarios.