NO SE PUEDE GUARDAR SILENCIO

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Tanía María Hernández Páez

 Para hablar de la Graciosa hay pensar mucho antes de hacerlo. Aunque a la hora de redactar las emociones que producen tanta pérdida, no hay quien detenga el lápiz de nuestros vecinos y vecinas. 

 La isla de La Graciosa está en una situación de abandono abismal, los escombros se han apoderado de instalaciones deportivas así como solares sin fabricar, convirtiendo las calles de arena dorada en un vertedero pendiente de clasificar. “La falta de civismo “convierte al paraíso en un auténtico estercolero . 

 La tarea  de encontrar apoyo de parte de las instituciones se ha convertido en un caos se pasan la pelota unas a las otras y nadie brinda soluciones .Costas se la lanza  patrimonio histórico y viceversa, cuando no es puertos el que nos hace el traspiés, pasando por el ayuntamiento sin olvidarnos del cabildo. 

 Así no se puede prosperar, es una isla rodea de malas gestiones, que llegan hasta tal punto , que llevamos sin avances desde hace muchos años . Se puede decir a boca llena que hay muchas carencias, pero se empeñan en echarse las culpas uno a los otros cuando la solución sería rectificar y buscar soluciones. 

 Los jóvenes y niños sufren un vacío cultural y social  que es preocupante, llegando hasta el punto de limitarles su desarrollo. 

 Las instalaciones deportivas son tercermundistas da pena y dolor como nos han acostumbrado, a tan poco llegando a conformarnos con unas migajas. 

Por citar algunos ejemplos: un campo de lucha con puertas y ventanas  rotas, un campo de fútbol sin iluminación sin mantenimiento, seguimos sin proyectos  de ambición, para que los jóvenes desarrollen pruebas deportivas e insertarlos en el deporte y así un largo etc.) 

Abandonados de la mano de Dios con un C.S.C aún a medias después de tantos años que  arrastra muchos descontentos , un espacio público en el que estaba la única biblioteca de la isla  , sin espacio para desarrollar diferentes actividades socio-culturales .Los eventos se convierten de esta forma en un caos ,ya que tanto podemos celebrarlos en el salón parroquial( siendo la única zona pública de la isla habilitada para estos usos, desde bodas ,bautizos y comuniones hasta llorar la pérdida de un ser querido )

 La pesca que fue el sector más potente de la isla, ha sido echada al olvido. Ignorando su vital importancia para la memoria de nuestra tradición artesanal.   Esto debería merecer un respeto riguroso y medidas más flexibles, para que los pescadores   a la hora de desarrollar su  trabajo no se vean tan limitados.

 El día a día de los vecinos y vecinas es doloroso y ya no sorprende ver, cuando tres semanas y media antes  de las elecciones, como todo lo que no se hizo, en años va saliendo, aunque sea a la prisa. O cuando hay eventos puntuales si se garantiza la seguridad (guardia civil)  negándose esta el resto del año siendo algo tan necesario. La desidia llega hasta tal punto que su mantenimiento se les brinda a dichas pruebas deportivas  y no a los que pagan sus impuestos. 

 La Graciosa no es el paraíso que se vende por la tele, lo sería con un trabajo continuo y comprometido que  lleve a cabo las medidas y desarrollo que la isla pide a gritos .

Ahora o nunca 

Tanía María Hernández Páez