Lea las instrucciones de este medicamento y no insulte, padre patético

Si bien la salud económica del equipo que lleva el nombre de nuestra isla no es todo lo buena que debiera, asfixiado en la liga y "harto de palos" por muchos de los pito-flautas que lo han magreado hasta dejarlo casi postrado.

Si bien la salud económica del equipo que lleva el nombre de nuestra isla no es todo lo buena que debiera, asfixiado en la liga y "harto de palos" por muchos de los pito-flautas que lo han magreado hasta dejarlo casi postrado. Y ni tampoco, ni mucho menos, están en su mejor momento la inmensa mayoría de los equipos regionales que asolan nuestra geografía insular, con algún que otro desmantelamiento amén de innumerables percances y penurias. Y aún con todo este panorama en los clubes, que han sido y son aguantados, soportados y mantenidos por unos individuos, llámese directivos o personas desinteresadas e involucradas con sus equipos, labor impagable ésta; pues con sus pros y contras la realidad nos constata que la "colmena" de futbolistas en Lanzarote es muy importante, en cantidad y cuando menos en calidad.

Sin querer restarle méritos e importancia a los regionales de nuestro fútbol insular que bastante entrega y dedicación ofrecen para el disfrute de los aficionados futboleros, lo cierto es que lo verdaderamente importante y atrayente nos lo ofrecen desde el fútbol base.

Esas extraordinarias categorías de niños y niñas que ilusionan y agradan a todos los que amamos a este "santo" deporte. Aún más si cabe cuando presenciamos y disfrutamos de los más pequeños, benjamines y alevines, que nos deleitan de un fútbol totalmente inocente, sin maldad y con el único objetivo de divertirse a la vez que aprender.

Para nuestra satisfacción, hay mucha implicación de monitores de fútbol que le restan tiempo a su quehacer privado para dedicarse a la enseña de los niños, tarea a todas luces que muestran el enorme mérito humano y deportivo de estos señores. Lo lamentable, aunque por fortuna excepcional, es que hay partidos de esas categorías base donde la buena conducta y sintonía de jugadores, monitores y colegiados se ve "empañado" desde las gradas; con una falta de civismo impropia de personas adultas. Son PADRES, generalmente, que se erigen en juez y parte, y que confundiendo su egocentrismo descomunal lo "escupen" hacia sus hijos creyendo que éstos son unos figuras rutilantes. Craso error las brabuconerías de estos padres cuando desde las gradas "largan" infamias e improperios hacia todo lo que se mueve en el rectángulo de juego, mostrando cuando menos una educación y respeto de una bajeza extrema.

Posiblemente muchos de ellos no entiendan ni papa de fútbol, sus reglas, normas y sobre todo lo que significa la palabra RESPETO. Por todo esto yo les recomendaría a estos señores padres que, se acercaran al médico para que les recetara alguna pócima que les corrigiera su pésima educación. Lo más probable, de tomársela, se RONCHARAN, por eso de los efectos secundarios.