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José Antonio Cabrera/ASSOPRESS

22 de julio, Día de María Magdalena, compañera de Jesús de Nazaret

Director de ASSOPRESS

José Antonio Cabrera/ASSOPRESS | 23 de julio de 2017

El 22 de julio, se ​c​elebra el Día de Santa María Magdalena, y en él se recuerda a esta extraordinaria mujer, testigo presencial de los hechos más trascendentales de la azarosa vida de Jesús de Nazaret.​​

 María Magdalena, es mencionada,tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Es considerada Santa por la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del cristianismo. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala, localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades y aldea cercana a Cafarnaúm.
 María Magdalena era una mujer de buena familia, educada y pudiente​,​ que alojó y​ asistió​ ​materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea, que anteriormente había sido curada por Jesús. Es testigo de hechos relevantes: estuvo presente durante la crucifixión de Jesús, estuvo presente en la sepultura y vio donde Jesús era puesto, fue la primera testigo de la resurrección, después comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles y fue testigo de una aparición de Jesús resucitado.
 La tradición cristiana occidental (católica), sin embargo, ha identificado con María Magdalena a otros personajes citados en el Nuevo Testamento: la mujer adúltera a la que Jesús salva de la la​pidación, la mujer​ ​que unge con perfumes los pies de Jesús y los enjuga con sus cabellos antes de su llegada a Jerusalén​ y con​ María de Betania, hermana de Lázaro​.

​"A la mañana del domingo, María la de Magdala, discípula del Señor -atemorizada a causa de los judíos, pues estaban rabiosos de ira, no había hecho en el sepulcro del Señor lo que solían hacer las mujeres por sus muertos queridos-, tomó a sus amigas consigo y vino al sepulcro en que había sido depositado​"​

 El evangelio de Pedro sólo menciona a María Magdalena en su papel de testigo de la resurrección de Jesús​.​

En al menos dos de los textos gnósticos coptos encontrados en Nag Hammadi, el evangelio de Tomás y el evangelio de Felipe, María Magdalena aparece mencionada como discípula cercana de Jesús, en una relación tan cercana como la de los apóstoles. En el evangelio de Tomás hay menciones que, según los estudiosos, hacen referencia a María Magdalena.
En el evangelio de Felipe es considerada la compañera de Jesús:

​ ​"Tres (eran las que) caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera. María ​s​e​ llamaban​, en efecto, su hermana, su madre y su compañera​.​"
Por último, otra importante referencia al personaje se encuentra en el evangelio de María Magdalena, texto del que se conservan sólo dos fragmentos griegos del siglo III y otro, más extenso, en copto, del siglo V. En el texto, tres apóstoles discuten acerca del testimonio de María Magdalena sobre Jesús.​

​Andrés y Pedro desconfían de su testimonio, y es Leví (el apóstol Mateo) quien defiende a María.
Más adelante, sin embargo, surgió en el mundo católico una tradición diferente, según la cual María Magdalena
​ (identificada aquí con María de Betania), su hermano Lázaro y Maximino, uno de los setenta y dos discípulos, así como algunos compañeros, viajaron en barca por el Mar Mediterráneo huyendo de las persecuciones en Tierra​ Santa y desembarcaron finalmente en el lugar llamado ​hoy ​Saintes Maries de la Mer, cerca de Arlés​ en Francia.​

Posteriormente, María Magdalena viajó hasta Marsella, desde donde emprendió, supuestamente, la evangelización de Provenza, para después retirarse a una cueva -La Sainte-Baume-,donde habría llevado una vida de penitencia durante 30 años. Según esta leyenda, cuando llegó la hora de su muerte fue llevada por los ángeles a​ Aix-en-Provence, al oratorio de San Maximino, donde recibió el viático. Su cuerpo fue sepultado en un oratorio en Villa Lata, conocido desde entonces como St. Maximin.

El primer lugar de Francia en el que se sabe que hubo culto a María Magdalena fue la ciudad de Vézelay, en Borgoña. Aunque, según parece, en sus inicios el templo de Vézelay estaba dedicado a la virgen María, y no a María Magdalena, por alguna razón los monjes decidieron que la abadía era el lugar de enterramiento de María​ Magdalena, y están atestiguadas las peregrinaciones al sepulcro de María Magdalena en Vézelay desde al menos 1030. El 27 de abril de 1050, una bula del papa León IX colocaba oficialmente la abadía de Vézelay bajo el patronazgo de María Magdalena.
María Magdalena es venerada por la Iglesia católica oficialmente como Santa María Magdalena. Existen múltiples templos en todo el mundo dedicados a esta ​S​anta católica​. Mientras que el cristianismo oriental honra especialmente a María Magdalena por su cercanía a Jesús, considerándola "igual a los apóstoles", en Occidente se desarrolló, basándose en su identificación con otras mujeres de los evangelios la idea de que antes de conocer a Jesús, había sido muy pecadora y de ahí viene el suponer, aunque la Iglesia Católica no lo afirme, que se haya dedicado a la​ prostitución.
 En la tradición católica, por tanto, María Magdalena pasó a ser un personaje secundario, a pesar de su indudable importancia en la tradición evangélica.  El relegamiento que sufrió María Magdalena ha sido relacionado por algunos autores con la situación subordinada de la mujer en la Iglesia. En 1969, el papa Pablo VI retiró del calendario litúrgico el apelativo de «penitente» adjudicado tradicionalmente a María Magdalena;​ asimismo, desde esa fecha dejaron de emplearse en la liturgia de la festividad de María Magdalena​ la lectura del evangelio de Lucas​ ​acerca de la mujer pecadora. Desde entonces, la Iglesia Católica ha dejado de considerar a María Magdalena una prostituta arrepentida. 
María Magdalena fue fuente de inspiración para una de las místicas más importantes en la Iglesia Católica, ​S​anta Teresa del Niño Jesús, quién admiraba este amor tan profundo relatado en el Evangelio en el cual María​ ​Magdalena piensa en servir a quien ama; así, Teresa decidió dedicar su vida a quién más amaba: Jesús de Nazaret. En 1894 escribió: «Jesús nos ha defendido en la persona de María Magdalena».
Otra destacada mística católica que encontró inspiración y consuelo en María Magdalena fue la doctora de la Iglesia ​S​anta Teresa de Ávila, quien refirió haber recibido ayuda espiritual de ​L​a​ ​Magdalena.
 Algunos autores recientes han puesto en circulación una hipótesis según la cual María​ ​Magdalena habría sido la esposa, o la compañera sentimental, de Jesús de Nazaret, además de la depositaria de una tradición cristiana de signo feminista que habría sido cuidadosamente ocultada por la Iglesia Católica
 En varios textos gnósticos, como el evangelio de Felipe, se muestra que Jesús tenía con María Magdalena una relación de mayor cercanía que con el resto de sus discípulos, incluidos los apóstoles,​ ​habla de María Magdalena como «compañera» de Jesús y menciona que éste la besaba en la boca.

En los evangelios canónicos​,​ María Magdalena es​,​ (excluida la madre de Jesús) la mujer que más veces aparece, y es presentada además como seguidora cercana de Jesús. Su presencia en los momentos cruciales de la muerte y resurrección de Jesús puede sugerir que estaba ligada a él por lazos conyugales.
 
Otro argumento que esgrimen los defensores de la teoría del matrimonio entre Jesús y María Magdalena es que en la Palestina de la época era raro que un varón judío de la edad de Jesús (unos treinta años) permaneciese soltero, especialmente si se dedicaba a enseñar como rabino, ya que eso hubiese ido en contra del mandamiento divino​:​​ «Creced y multiplicaos». 
María Magdalena pudo ser el «discípulo a quien amaba Jesús» que se presenta en el Evangelio de Juan y que es tradicionalmente identificado en varios textos apócrifos, se dice que hubo una relación de especial cercanía entre Jesús y María Magdalena, y que​ recogería una tradición que podría remontarse​,​ al testimonio de María Magdalena como testigo ocular de la azarosa vida de ​su amado​ ​Jesús.

​ Por último, resulta revelador el texto del Himno 40,​ escrito en el año 560, por San Romano el Melódico, dedicado a Mar​í​a Magdalena, en el llama a Jesús, "el esposo".

 “Que tu lengua, desde ahora, proclame estas cosas y las explique a los hijos del Reino que están esperando que me despierte, yo, el Viviente. Date prisa, María, reúne a mis discípulos. En ti tengo una trompeta de potente voz; haz sonar un canto de paz en los oídos temerosos de mis amigos escondidos, despiértales como de un sueño, para que vengan a encontrarme. Vete y di: ‘el esposo se ha desvelado, saliendo del sepulcro. Apóstoles, quitaos de encima la tristeza mortal, porque se ha levantado, aquel que ofrece a los hombres caídos la resurrección’”… 

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