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La diversidad multicolor de las naciones (Remedios para la ceguera)

Miembro de Alternativa Nacionalista Canaria

Pedro González Cánovas | 21 de noviembre de 2014

 

Una de las enfermedades frecuentes, después de los 60 años, es la Deformación Macular. Se trata de una patología que se produce cuando se daña una de las estructuras que forma el ojo, la mácula. Si la mácula se daña las imágenes que llegan al cerebro no son nítidas.

Los oftalmólogos catalogan este problema como metamorfosia y lo definen como "trastorno visual en el que los objetos aparecen con una forma o un tamaño distintos al que tienen en realidad". Personalmente encuentro mucha similitud entre este problema visual y los análisis sociales y políticos que hace cualquiera de la situación actual, con la diferencia de que en estos últimos no hace falta que quienes deforman la realidad sean mayores de 60.

Cuando una persona con consciencia social o firme ideología política se rinde constantemente al trabajo político-social, es común que acabe inmersa en una burbuja donde sólo entran sus compañeros u otras personas que no van a discutir su ideario. Al final lo que se consigue es un aislamiento que les mantiene al margen de la realidad. Otro tipo de autodiscriminación e inadaptación voluntaria que favorece muy poco influir para orientar de otra manera a la sociedad, dejando las riendas del posible progreso en manos de quienes trazan desde las instituciones su propio proyecto de futuro.

Posiblemente quién se acomoda en el poder político tiende a convertirse en un conservador, o a favorecer solo cambios para perpetuarse en él. De hecho, mucha gente asocia la ceguera política con el absolutismo y ya Saramago, en su Ensayo sobre la ceguera, da a entender que en un estado de ceguera generalizado la violencia se intuye pero trasciende, reuniendo poder en quién la ejerce en la sombras.

El control de medios de comunicación forma parte de la ceguera social premeditada. La aculturación, la cultura del consumo o la venta del estado de bienestar socialdemócrata, la fidelización del cliente del capitalismo, quedan a cargo de la interpretación de la noticia a la que se rinden los consejos editoriales. Como dijo Horacio Verbitsky"Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda". Por lo que podemos concluir en que hoy hay menos periodismo que medios de comunicación. Mucho propagandista y poco periodista. Siendo los medios de masas auténticas herramientas de manipulación social: auténticas fábricas de ceguera. 

El pregón de la unidad de la izquierda justificado como necesidad de acabar con el ejercicio liberal o capitalista es una clara apuesta por el bipartidismo, por perpetuar el mismo sistema. Hace falta una capacidad de analítica política que admita los valores de las izquierdas más radicales. Que sea capaz de ver la realidad social más allá de cifras y exclusivos resultados electorales. Que admita la valía que ha tenido, por ejemplo, el movimiento abertzale en la historia de los últimos 40 años del Estado español. El resto son ansias de poder que rozan el absolutismo, políticas tecnócratas capaces de anteponer asfaltados a derechos humanos y, en definitiva, ceguera política propicia para las sociedades en blanco y negro.

Salir de las burbujas e interpretar la realidad más allá de los mensajes de los mass-media. Proyectar una sociedad de colores incluyente, donde se fomente la autogestión, la emancipación y hasta la independencia de las sociedades más maduras. Pero claro, solo si de verdad creemos en un proyecto de igualdad y diversidad futuro y no en la estandarización humana como forma de control. Si no, lo que vamos a tener es un concepto de justicia social que dará igualdad a los esclavos, estandarizando las peores condiciones laborales y sociales, para sustentar en el poder a dos partidos, y uno de repuesto, y a esa masa aborregada que posiblemente, en las fronteras, seguirá viéndolo todo en blanco y negro.

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