Macetas y farolas destrozadas, restos de suciedad, orines en la fachada e incluso sangre salpicando paredes y suelos forman parte cada fin de semana de las noches de los vecinos de la zona.
El contrato suscrito por San Ginés, que excluía del presupuesto los incidentes, "permitió que su letrado-amigo" se embolsase 983.206,95 euros en el concurso de acreedores, una cifra que quintuplica la conocida hasta el momento.
Las nuevas condiciones pactadas por San Ginés encarecieron los honorarios de la fase de convenio en un cincuenta por ciento además de excluir los incidentes del contrato.