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34 años y 3 injusticias con el Cruz del Mar

| 28 de octubre de 2012

Sorpresa y una cierta alegría. Estos fueron los primeros estados de ánimo que afloraron en mi mente, tras conocer que el Cabildo iba a "soltar" 10.000 euros para desbloquear el tan anunciado (y esperado) proyecto de construir un Monumento en memoria de los mártires del "Cruz del Mar". Pero muy pronto mi cuerpo reaccionó, y tras la oportuna cautela renació la desconfianza adquirida en los últimos 34 años.

Sorpresa y una cierta alegría. Estos fueron los primeros estados de ánimo que afloraron en mi mente, tras conocer que el Cabildo iba a "soltar" 10.000 euros para desbloquear el tan anunciado (y esperado) proyecto de construir un Monumento en memoria de los mártires del "Cruz del Mar". Pero muy pronto mi cuerpo reaccionó, y tras la oportuna cautela renació la desconfianza adquirida en los últimos 34 años. Más de tres décadas, en las que apenas han podido ser solventadas, tarde y malamente, las 3 injusticias cometidas contra las víctimas (y sus familiares, que víctimas también han sido)  del pequeño pesquero lanzaroteño.

 El "Cruz del Mar" era un barco pesquero de 19,20 metros de eslora que se dedicaba a la pesca de la anchoa, atún y bonito, en el entonces Banco Canario-Sahariano. Tenía matricula de Vivero (Lugo), aunque su base  estaba en el Puerto de la Luz (Gran Canaria). Y aunque tenía previsto faenar en aguas de Mauritania, su armador José López González había decidido retrasarlo hasta el siguiente año, "por lo caro de las licencias con aquel país". Así que el destino decidió que se hallase faenando la tarde del 28 de noviembre de 1978, a unas 3 millas de la costa continental africana, frente a la Punta del Cabiño.

 Eran cerca de las 20 horas, cuando una lancha Zodiac de unos 9 metros de eslora, con hasta 24 hombres a bordo, se colocó a un costado del pesquero. Todos ellos iban vestidos de "hombre rana" y portaban metralletas de cargador curvo y cuchillos en los tobillos. Y tras subir a bordo la mayor parte de ellos (5 quedaron en la lancha), entablaron conversación con los asustados pescadores lanzaroteños, "en un perfecto castellano". Uno de los asaltantes entró en la cocina con un paquete, y luego salió sin el mismo.

Los supervivientes de aquella terrible noche, recuerdan como uno de los asaltantes dijo "yo he estado trabajando en Lanzarote, concretamente en el Hotel San Antonio...". Otro de ellos entabló conversación con Sebastián Cañada García "Chano", un niño de 14 años que se había embarcado por primera vez. Sus palabras profetizaban lo que iba a ocurrir: "Es una lástima que tengas que morir tan joven...".

 Los agresores volvieron a su lancha, quedando 5 a bordo del pesquero. Aunque en un principio desenfundaron sus cuchillos, luego desistieron de tal forma de desembarazarse de los marineros. Así que dos de los piratas se dedicaron a saquear la embarcación, llevándose incluso los relojes de los pescadores. Luego se marcharon con el ¨botín" a la zodiac... Fueron los 3 restantes los que protagonizaron la matanza: el patrón, José María Hernández Marrero, fue alcanzado en el pecho por una bala que rebotó en el encendedor que llevaba en el bolsillo, salpicando con su sangre a los asesinos; fue rematado en el suelo por una ráfaga disparada al costado; Chano, el niño de 14 años, fue alcanzado por otra ráfaga, quedando colgado sobre la barandilla; el contramaestre, Agustín Hernández Marrero, se enfrentó al más corpulento de los criminales, forcejeando con él, pero recibió "más de ocho impactos de bala en el costado"; Alfredo R. Marrero pudo arrojarse al agua, pero fue tiroteado igual...; los asesinos dispararon a sangre fría contra el apelotonado grupo. Luego colocaron artefactos explosivos en el pesquero y lo volaron.

 Sólo pudieron sobrevivir 3 de los 10 marineros lanzaroteños: Eusebio Rodríguez García, fue el primero en arrojarse de espaldas al mar; su hermano, el maquinista Miguel Angel Rodríguez García, también se arrojó por la borda; lo mismo que Manuel Hernández Marrero, que se golpeó fuertemente en la columna, tras dar su cuerpo contra el caparazón del barco. Los tres sobrevivieron, sujetos a una balsa pinchada, durante seis horas hasta que los rescató el pesquero "Chico Grande". No tuvieron la misma suerte: José María y Agustín Hernández Marrero; Amador Hernández "Sito"; Rafael Salas Fernández; Alfredo R. Marrero; el niño Chano Cañada; y Juan Suárez Rodríguez. ¡Descansen en paz!

PRIMERA INJUSTICIA: primero se dijo que los autores del atentado eran miembros del Frente Polisario. El propio Juzgado de Instrucción nº 5 de la Comandancia Militar de Marina de Las Palmas, citó a "Mohamed Salem Uld Mal Embare, alias "el Paquito"; Mohamed Salem Ul Enhamed; Smail Uld Abbes, ex-sargento primero de las Fuerzas Reales Marroquíes; y Oufa Mohamed Bumersu". Luego se dijo que los asesinos eran "mercenarios pagados por Marruecos, para desprestigiar al Polisario". De hecho, "el Paquito" aseguró que en los días en que se perpetró el horrible crimen, se hallaba en Argel con los periodistas Alberto Mínguez (La Vanguardia) y Joaquín Portillo (Radio Nacional de España)... No es misión de esta Editorial adivinar quiénes fueron los responsables de tan horrible matanza. Pero sí recordar que ¡durante años! el Gobierno de España mantuvo que "una vez terminada la investigación, ésta SE HARÁ PÚBLICA". Sin embargo, en 34 años el "secreto de sumario" ha embargado todas las declaraciones oficiales, dejándolo todo en un macabro recuerdo...

SEGUNDA INJUSTICIA: los siguientes perjudicados fueron las familias de los 7 marineros asesinados, e incluso los 3 supervivientes. ¿Por qué? Porque   el hecho fue considerado por el Gobierno de España como "UN ACCIDENTE LABORAL...". Es decir, que ser ametrallados, acuchillados, robados y volados por los aires, es un simple "accidente laboral". Así, durante 33 años, todas esas familias vivieron casi en la indigencia, ya que a la tragedia de perder a sus seres queridos (garantes de su sustento), se sumó la negativa por parte del Estado a reconocer sus justos derechos. Máxime cuando el propio Instituto de la Marina les obligóa a firmar un documento, como único modo de cobrar "tres perras"... Hasta que en septiembre de 2011 se aprobó la Ley de Reconocimiento y Protección Integral  a las Víctimas del Terrorismo, gracias a las gestiones llevadas a cabo por la diputada lanzaroteña Loly Luzardo desde 2009. Es decir, que las familias podían acceder a las indemnizaciones y ayudas que contempla la Ley. Pero tras 33 años, muchos familiares ya habían muerto en la más absoluta indigencia...

TERCERA INJUSTICIA: Durante muchos años, los familiares de las víctimas del "Cruz del Mar", se han estado reuniendo cada 28 de noviembre junto a la llamada Cruz de la Rocar. Con el tiempo se fueron sumando polìticos de diferentes signos "para sacarse la foto". Hasta que en 2008 surgió el proyecto de realizar un Monumento dedicado a los Mártires... Pero lo que es la política: la propuesta fue llevada a plenos (en plural); el PSOE y el PIL se enfrentaron a ver quién tenía la mejor idea; luego la concejala de turno señalaba que el proyecto era suyo y no del colectivo social que lo presentó como moción; y así han pasado 4 años. hasta que el Cabildo ha decidido "desempolvar" 10.000 euros para que se lleve a cabo el proyecto artístico del lanzaroteño Juan Brito (de 93 años), que consistirá en un faro de 7,5 metros de altura, flanqueado por dos anclas en las que aparecen los nombres de los 7 marineros asesinados.

Pero no nos llevemos a engaños: aún faltan los 10.000 euros correspondientes del Gobierno Canario, y otros 10.000 de la Autoridad Portuaria. Así que mucho nos tememos que esta tercera injusticia se prolongue por espacio de varios años más, perdiendo la vida en ese entonces (que Dios no lo quiera) algunos de los protagonistas de este infame suceso...

 AURELIANO MONTERO GONZÁLEZ

Autores de opinión
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