
El enorme crecimiento poblacional sufrido por Canarias en los últimos años, muy próximo a los 2 millones trescientos mil habitantes, ha impuesto una situación de masificación y superpoblación que ha generado problemas de movilidad y caos circulatorio, incremento desorbitado en el consumo de recursos, gran acumulación de residuos y basuras, aumento excesivo de la capacidad de carga del territorio, fuerte malestar y enfado en la población nativa y residente, presión insoportable sobre nuestros espacios naturales y paisajísticos, pérdida alarmante de la calidad de vida, elevadas tasas de desempleo al tener el mercado laboral canario poca capacidad para absorber el elevado contingente poblacional que nos invade, desmesurada demanda de infraestructura viaria, desproporcionada presión de más instalaciones turísticas y hoteleras, entrega de nuestros preciados recursos suelo, agua, viento y sol a empresas privadas capitalistas fuereñas, aumento disparatado de la corrupción en todas las instituciones públicas.
Frente a esa grave situación descrita con anterioridad, dentro de la sociedad canaria se comienza a hablar de la necesidad imperiosa de una Ley de Residencia, que regule y controle los ingentes flujos poblacionales que padecemos y recibimos, en tal sentido, debemos recordar que desde hace más de 30 años, diversas organizaciones soberanistas de Canarias venimos planteando la reivindicación de dicha Ley de Residencia, ante la amenaza que se preveía de la integración forzada y no consultada al Pueblo Canario, de nuestro Archipiélago en la Unión Europea (UE), con las consabidas consecuencias para una RUP como la nuestra, de libre circulación y asentamiento de cerca de 500 millones de europeos. Podemos citar como ejemplos en esa línea, las iniciativas de propuestas de Ley de Iniciativa Popular de la Federación Titerogakat o del FREPIC-AWAÑAC.
Cada vez son más los municipios de Canarias que ya cuentan con más pobladores forasteros que nativos, este planificado y lento proceso de invasión, sustitución, exclusión y repoblación con extranjeros europeos, representa una peligrosa amenaza que podría conllevar a fuertes reacciones y estallidos sociales. Nuestro deber es prevenir y evitar tales males mayores.
La tardía demanda ahora en pleno año 2025 de la citada Ley de Residencia, a buen seguro va a chocar con la negativa frontal del Estado español y de la propia UE. Las masivas manifestaciones populares del pasado 20 de Abril de 2024 y del 18 de Mayo de 2025, dentro y fuera del Archipiélago Canario, bajo el slogan o lema de “Canarias tiene un límite” son un aviso a navegantes y gobernantes, reflejando un clamor social que de no ser escuchado y atendido tendrá consecuencias desfavorables.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) con el famoso BREXIT, fue una acertada decisión de los británicos. Del mismo modo, Canarias para su supervivencia como Nación, se verá abocada a defender su Tricontinentalidad, de modo que nos permita mantener RELACIONES LIBRES, con los 3 Continentes (África, Europa, América), y consecuentemente, la salida de la UE, la cual avanza gradualmente hacia su imparable desintegración.
Dentro de la UE y del Estado español, va a ser muy difícil, por no decir imposible, poner solución a nuestros problemas estructurales, fuera de la misma, en un Mundo Multipolar (BRICS+, EUNA), como el que se avecina imparablemente, tendremos más probabilidades, incluso defendiendo nuestro estatus de territorio para la Paz y la Neutralidad, con negociaciones, acuerdos y pactos consensuados con los Países del Nuevo Orden Mundial.
El régimen colonial español en Canarias está en “fase terminal”, avanza aceleradamente hacia su descomposición y putrefacción. La decisión de la decadente monarquía borbónica de celebrar en junio de 2025 en Canarias, su día de las fuerzas armadas, con desfiles militares por nuestras calles, refleja el nerviosismo, desesperación y pánico de los oligarcas de esa obsoleta monarquía, que saben bien que pronto perderán la Perla del Atlántico.
El Pueblo Canario el 12 de marzo de 1986, hace 39 años, en el referéndum al efecto, dijo rotundamente NO a la OTAN y a la militarización de nuestra tierra. El 12 de marzo de 2025 con motivo de ese 39º aniversario, multitud de colectivos canarios presentamos en el Parlamento autonómico de Canarias, el Estatuto de Paz y Neutralidad para nuestra Nación sin Estado aún. La respuesta del ejército español de trasladar a Canarias ingentes contingentes de tropas y vehículos y materiales militares, son una falta de respeto a la decisión democrática de nuestro Pueblo y una inadmisible provocación que obtendrá la oportuna contestación de gran parte de la sociedad canaria.
Como Buenos Canarios tenemos el deber de amar y defender nuestra Patria, Matria o Nación, de manera que nos orientemos hacia la constitución de nuestro Estado Libre, Independiente y Soberano, nuestra Federación Canaria (FC) o Estado Archipielágico Canario (EAC), que nos garantice la plena SOBERANIA.
Como solución a la problemática poblacional y de dependencia que sufrimos en Canarias y para asegurarnos un desarrollo Socioeconómico verdaderamente sostenible, proponemos acogernos a la Declaratoria del 16 de febrero del 2025 de la 38º Asamblea General de la Unión Africana, adoptada por unanimidad por los 54 países africanos que la constituyen, quienes declararon que LA ESCLAVITUD, LA DEPORTACION Y LA COLONIZACION SON CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD Y GENOCIDIO CONTRA LOS PUEBLOS DE AFRICA.
Tarde o temprano, el Estado europeo español que nos sigue colonizando desde el siglo XV, tendrá que avenirse a negociar con los legítimos representantes del Pueblo Canario, el indispensable protocolo y proceso de Descolonización. La heroica resistencia histórica de nuestros antepasados Guanches, ancestros del actual Pueblo Canario, NOS GUIARÁ HACIA LA LIBERTAD DE NUESTRA NACIÓN.

En el Continente Africano soplan fuertes vientos de Libertad, Integración y Unidad que terminarán llegando al Archipiélago Canario, tal como nos llega la Calima todos los meses del año. En tal sentido, desde el MLNC estamos claros de que el Estado español, tarde o temprano, se verá obligado y presionado desde el exterior a la apertura de un diálogo político serio, transparente y respetuoso con los legítimos representantes del Pueblo Canario, a fin de acordar un proceso de descolonización conforme al marco legal internacional.