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Homenaje a Ichasagua

la verdad de lanzarote  |  08 de enero de 2013 (20:07 h.)
La Unidad por la Descolonización e Independencia de Canarias ha convocado para el próximo sábado 12 de enero, en el Roque de Ahiyo (Arona), un Solemne Homenaje a la figura del legendario ICHASAGUA, el Mencey Guanche que aglutinó a los últimos Alzados en su lucha contra los invasores castellanos. Dicho evento forma parte de los actos en conmemoración del Año Nuevo Amazigh 2963.

 

Tal y como señala la organización sobrranista, "siguiendo y acompañando los actos nacionales de Homenaje a Los Nuestros, de reafirmación de la continuidad de La Lucha Alzada, de la acción social y la Solidaridad con el Pueblo Canario, y de celebración del Yennayer 2.963, La Unidad convoca al Solemne Homenaje en la Fortaleza del último Rey Alzado, el Mencey Ichasagua". Añadiendo que "este solemne homenaje en el Año Nuevo Amazigh, comunión de los luchadores pasados, presentes y por venir, será una reafirmación más de que la lucha continúa".


PROGRAMA:

- Tras concentración en Santa Cruz para quienes deseen partir en vehículos desde allí, se llegará a la plaza de Arona, siguiéndose el siguiente programa:

- 9:00 h. partida desde la plaza de Arona caminando hasta la Fortaleza de Ichasagua (conocida también como Roque de Ahiyo - o del Conde, nombre producto de la enfeudación en siglos posteriores de Adexe).

- Llegada al Roque de Ahiyo, celebración del homenaje y juramento solemne de la continuidad de la Lucha Alzada.

- Encuentro interinsular y alto para la comida entre los compañeros de Achinech y Gomera.

- Regreso a Arona.


EQUIPAMIENTO:

Calzado adecuado para caminar, algo de abrigo, gorra por si hay sol. Agua y la comida propia. Y las precauciones que se quieran tomar en este tipo de salidas. Está previsto que ida y vuelta se hagan en horario diurno.


 

 - La lucha de los Alzados Guanches

Según la tradición popular, Ichasagua nació en la segunda mitad del siglo XV en Adeje, cuna también del mítico Tinerfe el Grande. Y posiblemente participó en mayo de 1494, en la Gran Batalla de Acentejo (para los castellanos "el desbarato"), donde un ejército invasor castellano comandado por Alonso Fernández de Lugo resultó prácticamente aniquilado a manos de 300 pastores guanches. En aquella jornada, los vencedores isleños se apoderaron de las miles de armas españolas que quedaron abandonadas en el campo de batalla.

En 1496, tras la llamada Paz de Los Realejos, los castellanos se enseñorearon de la isla, con el apoyo de los menceyes guanches de los Bandos de Paces. Pero las promesas de "hermandad" por parte del mismo Fernández de Lugo, nunca se llegaron a cumplir: cientos de sus "aliados" guanches fueron vendidos como esclavos, otros tantos forzadamente exiliados o enviados a otras campañas guerreras en el entonces Nuevo Mundo, sus tierras ocupadas por los colonos europeos, sus mujeres forzadas, su religión proscrita, y a los que protestaban los azotaban públicamente, o peor, los mataban. Así fue que muchos de los Guanches llamados "de paces" se echaron al monte. Más aún, ayudaron a liberarse a cientos de los esclavos Guanches "de guerra". Así comenzó la Leyenda de los Alzados...

Primero comenzaron los ataques a los asentamientos de los colonos, aprovechando las armas aprehendidas en Acentejo. Luego se produjeron los robos de ganados (que previamente les habían robado a ellos los castellanos), y la liberación de los hermanos esclavizados. Y cuando el número de Alzados llegó a ser considerable, en 1502 (6 años después de acabar la "conquista"), el Gran Tagoror Nacional nombró como Mencey (rey) a Ichasagua, estableciendo el Trono Universal Guanche: éste fue un ataque directo a la sociedad colonial que acababa de ser establecida en la isla.

Asustado por el cariz que tomaban los acontecimientos, el Gobernador Alonso Fernández de Lugo ordenó atacar el Menceyato de Adeje por dos frentes, empleando tropas veteranas castellanas y mercenarios italianos. Pero Ichasagua conocía de sobra las tácticas europeas, y todos los intentos españoles acabaron en sangrientos fracasos. Sobre todo porque el nuevo Mencey empleaba las tácticas guerrilleras que tan buenos resulltados le habían dado al legendario Bencomo y a su hermano Chimenchia en la Batalla de Acentejo.

 Las derrotas castellanas producidas por las tácticas guerrilleras de Ichasagua, impulsaron a los invasores a cambiar de táctica, usando el engaño con el que habían ganado las guerras anteriores y conquistado Tenerife. Así convencieron a algunos guanches de sus ideas, consiguiendo que estos, al relacionarse con los alzados, provocaran la discordia entre los mismos.

Por eso, los guanches Pedro de Tacoronte, sus familiares y el príncipe Izora, los GUANCHEROS aliados a los castellanos, comenzaron a relacionarse secretamente con algunos alzados de Ichasagua, hablándoles de una serie de promesas que habían hecho los conquistadores (los cuales, siguiendo la costumbre, nunca cumplirían). Don Pedro de Tacoronte y otros hombres reconocidos reunen en el Tagoror a algunos de los alzados en un lugar de Abona que, más tarde, recibiría el nombre de Los Parlamentos. Corría el año de 1503, y los invasores negociaron la paz basándose en las mismas condiciones que en el tratado de Los Realejos. Estas proposiciones de paz fueron aceptadas por algunos de los alzados.

Tras esto, la asamblea se dirigió hacía El Llano del Rey [ al píe del actual pueblo de Arona, el cual hasta fines del siglo XVIII en los documentos oficiales se cita como El Llano del Rey Ichasagua]. Cuando llegó la comitiva ante el Mencey, este estaba rodeado de algunos de sus consejeros. Son los guanches pactistas cristianizados quienes rinden presencia ante el Auchón Real, situado en las cuevas de Hengua, en el flanco sur del Roque de Ahiyo, a fin de presentar las condiciones de paz. Cuenta la leyenda, dado que su cuerpo nunca cayó en manos españolas, que tras escuchar a los pactistas, Ichasagua sacó el puñal que llevaba al cinto y se lo clavó en el corazón.


Dicho sacrificio ritual, según las creencias de nuestros antepasados, lo llevaba al mundo de los muertos, tan real y presente como el de los vivos.