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Nicolás Montero

La hora de Ramírez y sus apóstoles

Analista deportivo

Nicolás Montero | 11 de septiembre de 2013

 

No es Dios pero casi en la UD LAS PALMAS. En ésta deportiva, pero al fin y al cabo otra de sus empresas, las cosas no han comenzado como a él le hubiera apetecido, ni muchísimo menos.

Son tres miserables muescas en su guarismo en cuatro jornadas. Apenas ésta liga acaba de arrancar, pero tampoco ante el Numancia se jugó un pimiento, es lo que hay. Se vislumbra muy poco, un amarillo muy encogido, brutalmente raquítico, rancio y con una peonada que, ilustres incluidos, tiene mucho que mostrar y demostrar. Poco o nada está aportando o contribuyendo el deseado, querido, protegido pero primitivo Valerón para con el equipo de sus amores. Habrá que esperar, pero mucho me temo que a sus casi 40 primaveras, los 90 minutos completos le cogen un poco decrépito.    

El Máximo Supremo, Miguel Ángel Ramírez, está empeñado el hombre, empecinado o mejor emperrado en que este año es el del salto de la UD LAS PALMAS. Una frase o palabra suya y retumban todos los cimientos del gigante amarillo. La afición en su gran mayoría le sigue a pie juntillas; es el jefazo, es el que mueve el tinglado, es el Dios Padre Todopoderoso que indica donde está la LUZ. La misma que le está faltando al modoso de Lobera en el papel de San Pedro, que no atisba ni con catalejos la dirección a coger con su equipo.

Lo único cierto, de momento, es que los actuales  Apóstoles que tiene CONTRATADOS este presidente omnipotente no están pregonando como debieran el mensaje del que indica el camino hacia la gloria, o lo que es lo mismo, no están cumpliendo con su trabajo para con quien les paga RELIGIOSAMENTE. Queremos creer.

Apoño, Masoud y Aranda son los últimos creyentes remunerados que ha “afiliado” el Superlativo Ramírez para intentar hacer creer a la parroquia amarilla en la noble causa del ascenso. Estos tres individuos no son ni monaguillos ni frailes, ya son curas que han estado en muchas misas, por lo que su venida al templo de la UD LAS PALMAS es sine qua non obligatoria de hacerse un hueco la próxima campaña en la primera liga estatal.

Los feligreses han estado, están y siempre estarán con la UD LAS PALMAS. Toca ahora que los apóstoles que visten de corto y del banquillo sepan transmitir bien su mensaje a todos los suyos. Y sobre todo, lleven buenos mensajes al Dios Todopoderoso Ramírez. Si no, el modoso de San Pedro será el primero en entregar las llaves.

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